"Las naranjas de los campos de Burjassot están por recolectar porque no se pueden vender, el mercado está saturado", dijo el concejal de Promoción Económica, Roc Senent, mientras mostraba unas piezas de esta fruta a las personas que asistieron a la sesión plenaria celebrada el pasado martes.

El Ayuntamiento de Burjassot -municipio que tiene huerta y la protege- se ha posicionado en defensa de la "calidad" de la naranja valenciana y en contra de la "competencia desleal" de la sudafricana en el mercado. Así lo decidió el pleno municipal tras aprobar esta propuesta que, a instancias de Compromís, respaldó el resto de grupos políticos (PSOE, PP, Cs, EU y Totes amb Burjassot) para "denunciar la situación insostenible" que atraviesa el sector citrícola valenciano y "pedir las medidas oportunas para revertir la situación que están sufriendo los labradores valencianos".

Aprobada la moción, el consistorio se ha comprometido a instar al Gobierno de España a que solicite con carácter de urgencia a la Unión Europea la aplicación de las medidas necesarias para evitar el hundimiento de los precios de los cítricos valencianos y controlar la entrada de productos al mercado que no cumplan la normativa europea en materia fitosanitaria. Tal como declaró la concejala de Medio Ambiente de Burjassot, Lluna Àrias, "si no tomamos medidas urgentes, podemos estar ante el fin de la agricultura citrícola valenciana".