La diminuta esclava de oro de una vecina de Alaquàs, que su familia le regaló cuando nació hace 47 años, ha sido interceptada por la Policía Científica de Ciudad Real en un comercio dedicado a la compra-venta de joyas. La pulsera ha sido requisada y devuelta a su dueña tras semanas de investigación. El asunto está ahora en manos del juzgado.

La pequeña joya, que tiene el nombre de pila de la vecina grabado en una placa y su fecha de nacimiento en el reverso, estaba depositada en casa de su madre, en Alaquàs, junto con otras piezas del bautismo y la comunión. Hace unas semanas, con motivo de una limpieza en la casa, la cajita que la contenía se sacó del cajón donde se guardaba. La sobrina de cuatro años de la propietaria quiso ponérsela y salió a pasear con su abuela por la avenida del País Valencià. Un rato después detectaron que la había perdido pero no pudieron encontrarla.

Días más tarde, en uno de los controles rutinarios a los comercios de compra-venta de joyas, una agente del grupo tercero de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Ciudad Real la detectó en un catálogo. Dado que tenía una inscripción, decidió investigar la procedencia y comenzó a contactar con mujeres que tuvieran el nombre y la fecha de nacimiento que aparecían grabados en la pulsera. Así contactaron con la vecina de Alaquàs quien, tras ponerse en contacto con su madre, les narró lo que había ocurrido.

Tras reconocer la esclava a través de una foto enviada por correo electrónico, la Policía Judicial de Ciudad Real interrogó al joyero y acabó requisando la pieza. Todo indica que la persona que la encontró en Alaquàs la suministró al establecimiento. La esclava ha sido requisada y enviada a su propietaria, a través de la Comisaría de Xirivella, en depósito «a disposición de la autoridad judicial si fuera requerida».