«En esta frutería, hasta que no hayan naranjas de Picassent yo no voy a traer. Me niego a comprar del extranjero. Toda la que hay ahora no es nacional». Esta es la frase que se puede leer en un cartel colocado en el escaparate de una frutería de Picassent y que un cliente decidió subir a una red social, obteniendo una gran número de «me gustas» y comentarios a favor.

Una repercusión que ha pillado por sorpresa a la dueña de la frutería, Mariló Montagud Bosch, quien afirma que colgó este cartel «harta» de que la gente le preguntara «por qué no tenía naranja cuando en el resto de supermercados sí que había pese a que aún no había empezado la temporada». «Está bien claro, las que hay en los supermercados no son de aquí, son de Marruecos, y yo no pienso vender una fruta de fuera cuando la tenemos en los campos del pueblo», añade.

Es la particular «batalla» que lleva esta frutera en defensa de la agricultura local. «Cuando ves que en el supermercado se está cobrando 1,80 euros el kilo y luego compruebas la miseria que le dan a los agricultores, es algo que no se puede tolerar», señala Montagud, quien afirma que ya ha empezado a llegar la primera remesa de naranjas de campos del pueblo. « Se la compro directamente al agricultor. Un hombre vino a mi tienda hecho polvo porque le querían pagar a 1.20 euros el cajón, él se negó y yo se lo estoy comprando a 10 euros y luego la vendo a 80 céntimos, que es el precio marcado por MercaValencia. Más baratas y de mucha mayor calidad que la que se está vendiendo hace más de un mes, procedente de otros países», explica.

Esta postura de Mariló no solo se ciñe a la naranja, también a la mandarina y otros productos que se cultivan en los campos de Picassent, como el caqui, el kiwi, granadas o incluso aguacates. «Y si no es de Picassent, intento conseguir fruta nacional. Solo tengo de fuera la piña y los kiwis amarillos. Antes compraba manzanas francesas pero traían un brillo que no me gustaba, ahora las compro en Lleida o en cualquier otro lugar de España y son de una mayor calidad», relata.

«No quiero ser ejemplo»

Desde que el cliente decidió subir el cartel de Frutas Lola en Facebook ha tenido numerosos comentarios de apoyo de los vecinos y también de agricultores. «La gente tendría que tomar nota de dónde compra y lo que compra», o «todos deberían de hacerlo en el pueblo, tratándose de productos locales», son algunos de los mensajes que se pueden leer en la red social. Frente a ello, Mariló Montagud deja claro que no se considera «ejemplo de nada». «Cada uno puede hacer lo que quiera con su negocio, pero yo tengo claro que si puedo vender productos cultivados aquí no voy a buscarlos fuera. Puse el cartel no para aleccionar a nadie, sino para dejárselo claro a los clientes que entraban preguntando por qué no tenía naranja todavía», concluye.