Con «Al Vent» de Raimon, interpretado por una selección de músicos de la Unió Musical con Enric Parreño en la dirección e Inma Mateu en la voz, arrancó la gala anual de entrega del premio Amparo Alabau, que otorga el colectivo Alaquàs Debat y a la que asistieron cerca de 80 personas.

Este año, se ha concedido el galardón en la modalidad de solidaridad al proyecto «Ocupació» de Cáritas interparroquial, que ha cumplido 20 años de trabajo altruista con las mujeres más desfavorecidas de la población, muchas de ellas inmigrantes. El hijo de la fallecida maestra, Manu Alabau, fue el encargado de entregar el premio.

Previamente, María Alfonso repasó la trayectoria del grupo, que nació hace dos décadas, y cómo en 2008 el proyecto estuvo a punto de desaparecer por falta de voluntariado y fondos. Y con posterioridad, el sacerdote Pedro Sanclemente y las responsables María Dolores Cervera (que fue la encargada de dirigir unas palabras) y Vicen Robles, recogieron el premio, una «A» en madera.

Tras un paréntesis en el que la UMA interpretó «Siempre se repite la misma historia» de CamiloSesto, que el público ovacionó, arrancó una conferencia de Nacho Grande, director de Cáritas Diocesana, seguida de un debate conducido por Paco Pons e Isabel Cosme.

Grande animó a «vincularse» a los problemas de la gente que más sufre. «Lo que hagamos hoy, ha de ser para que mañana sea mejor», dijo, además de añadir que «nuestras vidan tendrán sentido si somos capaces de cambiar la vida de las personas más vulnerables». En su intervención, utilizó numerosas referencias al papa Francisco en frases y encíclicas, que animó a leer.

En el coloquio, hubo críticas al discurso del odio de la extrema derecha que va calando en la sociedad, a la reforma laboral del PP que ha generado una gran bolsa de pobreza, a la escasa contribución de la Iglesia con sus fondos a Cáritas o a lo poco que se ha implicado la jerarquía eclesiástica públicamente en casos como la reforma laboral o los desahucios "a pesar de tener medios de comunicación propios".

El vicario episcopal de asuntos sociales, José María Taberner, tomó la palabra para indicar que "una cosa son las cuentas de Cáritas diocesana y el dinero que a ella se destina, porque su función es la de coordinar o sensibilizar" y otra la de los grupos de Cáritas de base en las parroquias "que son los que hacen el trabajo y que sí que reciben mucha ayuda ya que cada templo destina al menos una colecta mensual, que es preceptiva, a sus proyectos.