La falla Sant Valerià tira de nostalgia para hablar del Dandy, el Bony, la Rata, los pubs de Las Américas, pero también de los primeros bailes de la ciudad, a la vez que analiza como la fiesta fallera nocturna se ha comido terreno del día. Precisamente, la comisión presentó el llibret en el pub Al-Andalus, un referente de la noche de fiesta y fallera de la capital de l'Horta Sud.

Los máximos representantes de la comisión hicieron entrega de un ejemplar a los articulistas, donde destacaron las diferentes portadas realizadas en tinta luminiscente, que brillan a la oscuridad, como hilo conductor de la temática nocturna. Las portadas son protagonizadas por referentes de la noche valenciana: Rosita Amores y Rafael Conde, «El *Titi», obra de Lujan Estudio y maquetación de Samaruc.

El historiador local, Jorge Sánchez Antunez, hace un repaso por el ocio nocturno de los torrentins, desde el siglo XIX hasta el final del siglo XX. De forma que los nostálgicos podrán contemplar cómo ha evolucionado el modelo de ocio de la sociedad, desde los primeros bailes a las salas y piscinas, la irrupción del cine y el fenómeno de las discos en 60 y 70 como en Dandy o el Bony, referentes en toda la comarca. Por su parte, Kike Romero hace mención en los años locos de la ruta del Bakalao y continúa la línea de los pubs de Padre Méndez y del Centro Comercial Las Américas. La fiesta por la noche tiene su parte prohibida, por ese motivo, Boro Ciscar nos cuenta aquellas salas prohibidas y bailes clausurados ante la inquisidora mirada de la moral imperante en los torrentinos de diferentes épocas.

Desde el punto de vista fallero, Joan Castelló hace un repaso a las fallas que han hablado a lo largo de la historia sobre la noche, siempre con matices negativos arraigados a los estereotipos de la prostitución, drogadicción y los vicios, incluso con tintes discriminatorios en cuanto al colectivo LGTBI hasta muy entrado el siglo XXI, pero con esperanzas de cambio por la sensibilización de los últimos años.

Carles Andreu Fernàndez analiza habla la evolución de la noche fallera: de los primeros paraderos de baile y glamur, hasta los paradores y carpas que llenan las calles como un mar de plástico. Por su parte, Paco Navarro se adentra en la historia de las noches en la falla Sant Valerià y Cristina Garcia narra irónicamente aquello que no puede faltar una noche de fallas: un kit de accesorios, merchandising imprescindible que forma parte de la uniformidad de casales y paradores.

Desde un punto de vista analítico Aitor Sánchez muestra los resultados de una gran encuesta con una muestra de 300 participantes alrededor de la concepción que los falleros tienen de la fiesta por la noche y de día, donde se reflejan datos interesantes sobre cómo la noche ha ganado terreno a los actos de día y las molestias derivadas de esta. En este punto, Pilar Bernabé, regidora del ayuntamiento de València, reflexiona sobre el modelo turístico que se quiere para fallas, frente al modelo de borrachera de otras fiestas populares. La réplica a esta visión se la da Manuel Andrés Zarapico con la cruda realidad que sufren los vecinos del centro histórico con los grandes megabotellones que dan mala imagen del fallero, cuando en realidad los que participan son personas ajenas a los casales.

Cómo ven un abanico poliédrico donde la noche local y fallera se dan la mano para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de la fiesta y de las horas de ocio que se comparte en el seno de la familia fallera.