Parece que durante los más de tres meses de confinamiento, además de centrar la gestión política municipal en cómo afrontar la pandemia y sus consecuencias, algunos concejales han tenido tiempo de darle vueltas a la cabeza y sondear posibles acuerdos de gobierno. Y con la nueva normalidad los pactos van floreciendo. En apenas una semana, ya se han anunciado dos: una moción de censura en Massalfassar, que permitirá a Cs, PP y Demòcrates Valencians desalojar a Compromís (en minoría) de la alcaldía; y el ingreso del PSPV en el gobierno de Manises, formando un tripartito junto con AMP-Compromís y Podem, con el que el bloque de izquierdas se garantiza la mayoría hasta el final del mandato. Al menos, esa es la intención.

En ambos casos, la no aprobación de los presupuestos parece haber sido el detonante para que los de la oposición de Massalfassar se unieran contra el gobierno de Joan Morant, y para que, un año después de las elecciones, el PSPV volviera a una alianza de izquierda en Manises, de la que ya formó parte en la anterior legislatura con los mismos protagonistas, más Esquerra Unida, que en 2019 no logró representación.

Y es que como en toda relación hay que hacer concesiones porque si no, al final, la cosa no acaba bien. O ni siquiera empieza. Tras las elecciones de mayo de 2019, la aritmética permitía a la izquierda revalidar su mayoría en Manises: AMP-Compromís (6), PSOE (4) y Podem (2), por los cuatro del PP, los tres de Ciudadanos y uno de Vox.

Pero tras semanas de negociaciones, solo AMP-Compromís y Podem alcanzaron un acuerdo de gobernabilidad, mientras que el PSPV se quedó fuera, ante las distancias insalvables en temas como el futuro del Pepe Sancho, asesores y liberados, y, principalmente, el reparto de las áreas de gestión del ejecutivo.

Meter presión para entrar

Y claro, en la primera votación de gran calado con los socialistas fuera del gobierno, la aprobación de los prepuestos, la abstención del PSPV permitió al PP sacar adelante una enmienda a la totalidad y dejar a Manises sin cuentas para 2020. Luego vendrían otros conflictos en el pleno, como el anuncio de veto de los socialistas a una declaración institucional sobre el rechazo al proyecto de ampliación de la N-220, y el encontronazo entre Àngel Mora ( PSPV) y el alcade Jesús Borràs, en el que el socialista criticó en el dirigente de Compromís anunciara que no cumpliría las mociones aprobadas. La respuesta de Borràs fue contundente, asegurando que era «falso» y que el PSPV sólo quería «meter presión para entrar en el gobierno».

Cinco meses después de esas palabras, y como si fueran premonitorias, los portavoces de APM-Compromís, Podem y PSPV, más el alcalde, posaban en una foto, mascarilla mediante, en la que escenificaban un acuerdo de gobierno para lo que resta de legislatura, ahora con mayoría absoluta, y con concesiones por ambas partes. En el comunicado distribuido a la prensa, los tres grupos municipales avanzan que el documento sellado recoge un compromiso para continuar realizando inversiones para convertir Manises en una ciudad sostenible y participativa, y, sobre todo, para paliar la crisis sanitaria, social y económica que ha provocado la crisis del COVID-19.

Entre otros acuerdos, destaca el compromiso de finalizar todas aquellas actuaciones que ya estaban programadas en la pasada legislatura, así

como las que se han programado en la legislatura actual. Destacan acciones como la rehabilitación y conversión de la antigua estación de ferrocarril en una Oficina de Turismo, la reforma de la Plaza dos de Mayo, las inversiones en parques y jardines, las obras del programa «Edificant» para la mejora de los colegios públicos , la construcción de una pista multi-deportiva en la Ciudad del Ocio y el Deporte y el diseño de nuevos accesos de entrada y salida a la localidad, entre otras actuaciones previstas.

Parte de las competencias exigidas

Además, el nuevo equipo de gobierno también se ha comprometido a elaborar unos presupuestos para 2021 que aborden los problemas estructurales que padece Manises desde hace años. En este apartado se contemplan actuaciones como la elaboración de un plan de choque que haga frente a la COVID-19 (en el cual ya se está trabajando), el proyecto y obras de la Ronda Jaume I, mejoras en la piscina cubierta, construcción de una nueva piscina descubierta y la creación de un plan de inversiones para las instalaciones deportivas y municipales. También se trabajará en la futura ampliación del Museo de Cerámica de Manises, el fomento del uso de energías renovables y la mejora en las inversiones sociales y de ocupación.

En cuanto al reparto de delegaciones, la alcaldía continuará en manos de Jesús Borràs, mientras que las actuales Concejalías se organizarán en seis áreas de gestión: Administración, Progreso Social y Servicios a la Ciudadanía (APM-Compromís); Hacienda y Promoción Económica ( PSPV, precisamente parte de sus exigencias en las negociaciones de 2019) y Desarrollo Sostenible (Podemos).