Hacía años que la comarca no vivía un pleno marcado por una moción de censura. Habría que remontarse al final de la década del 2000 cuando en 2008 y 2009 se celebraron plenos en El Puig, Albalat del Sorells, la Pobla de Farnals o Puçol donde los partidos se unieron para echar a otros. Eran otros tiempos.

Este lunes, la tranquilidad reinó durante la sesión plenaria de Massalfassar, dentro y fuera de la sala polivalente. Otra cosa fue cuando acabó. Mientras en el interior se sucedían los abrazos y las felicitaciones al nuevo alcalde y su equipo, Joan Morant y sus tres ediles eran aplaudidos en el exterior por varias decenas de simpatizantes y cargos de Compromís, como Maria Josep Amigo, Josep Riera, Sergi Ruiz, Nicolau Claramunt, Pep Galarza, Juanma Ramón, Enric Esteve o Dolors Gimeno. El exalcalde devolvía las muestras de apoyo (al grito de «alcalde, alcalde») llevándose la mano al pecho.

Tensión entre los socialistas

Poco antes de que esto sucediera, el concejal del PSOE Ismael Gimeno fue el primero en abandonar el acto, precisamente por donde esperaba la marea de Compromís. Allí estaba también Esther Puntero, nº 4 en la lista socialista en 2019 y que aspira a ser secretaria local (ahora hay una gestora), que le insultó -reconocido por ella- por votar a favor de la moción. Gimeno se revolvió y ambos se encararon. La amplia presencia de Policía Local y Guardia Civil impidió que la cosa pasara a mayores.

Cuando la comitiva de los vencedores se marchaba (ahí estaban Jesús Gimeno y Rocío Gil, de Ciudadanos; o Modesto Martínez y Miguel Bailach, del PP -se esperaba la presencia de Isabel Bonig y Vicente Mompó en la comida de celebración), un grupo de simpatizantes de Compromís lanzó monedas a Carles Fontestad, al grito de «vendido». El exalcalde de Compromís se encaró con ellos, pero nuevamente las fuerzas de seguridad abortaron cualquier incidente.