La empresa contratada por el Ayuntamiento de Rafelbunyol ha culminado los trabajos de retirada del mural franquista de los «caídos» que lucía en la fachada de la iglesia de San Antonio Abad, en el centro de la población. En su lugar queda ahora un espacio gris en forma de rectángulo, que contrasta con el color del edificio.

El consistorio acometió esta acción para dar cumplimiento a la Ley de la Memoria, tal y como aprobó el pleno en 2016. El acuerdo fue adoptado con los votos del PSPV y de Compromís y el rechazo de PP, Ciudadanos e independientes, en cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión técnica de coordinación para la elaboración de un catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y la dictadura en la Comunitat Valenciana. Una comisión que está adscrita a la Conselleria de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas.

No obstante, la ejecución del acuerdo se produce cuatro años después, tras un largo y farragoso proceso en el que ha habido dos sentencias favorables (primero de un juzgado y luego del Tribunal Superior de Justicia valenciano), ya que la agrupación de familiares de las personas cuyos nombres figuraban en el panel recurrieron a los tribunales la decisión municipal.

Los dos fallos judiciales fueron claros al determinar que, en base a la legislación, era obligado retirar ese mural, que incluía 39 nombres, con una gran cruz negra en el centro y frases como «caídos por Dios y por España» y «José Antonio Primo de Rivera ¡Presente!», al ser estos elementos considerados franquistas y contrarios a la ley. Aunque las familias intentaron que el juzgado autorizara suprimir únicamente la simbología y frases franquistas, sin que se arrancaran los azulejos con los nombres, los magistrados entendieron que el elemento incumplía la legislación en su conjunto.

Los trabajos para retirar el mural comenzaron el pasado 1 de diciembre, como adelantó Levante-EMV, y se han realizado con la cobertura de una lona para que nadie viera el acto físico de arranque de los azulejos. Una vez se restauren las piezas que haya podido dañarse, serán entregadas a las familias, a la que se considera sus propietarias, como establece la sentencia del TSJCV.

Con la eliminación del panel se suprime uno de los grandes vestigios franquistas quedan en la comarca de l’Horta aunque todavía quedan otros elementos en este municipio y en otras poblaciones, especialmente de l’Horta Nord.