Algo más de 23 minutos, tal y como señalaba el nuevo cronómetro. Este es el tiempo en el que la calle Mayor de Paterna se ha convertido esta madrugada del domingo al lunes en un espectáculo de fuego, la gran Cordà, a la que han dado vida casi 290 personas, que han hecho estallar unos 70.000 cohetes, que sumaban 1.000 kilos de pólvora. El resultado ha sido, dos años después (en 2020 se suspendió por la pandemia) una ‘coetà’ de ritmo intenso y con un final suave, solo empañada por la cantidad de humo que se ha concentrado al no haber una mínima brisa.

El ritual ha comenzado a las 22,30 horas, cuando se ha cerrado al paso la calle Mayor por las fuerzas de seguridad, después de que pasara la amplia comitiva de personalidades invitadas que, como cada año, se acerca hasta Paterna. En el grupo estaban el presidente de la Diputació, Toni Gaspar, y el vicepresidente y alcalde de Mislata, Carlos F. Bielsa, así como las alcaldesas y alcaldes de Godella, Bonrepòs, la Pobla de Farnals y Albuixech, entre otros.

El grupo se ha situado en el nuevo inmueble de cuatro plantas adquirido por el ayuntamiento para que sea el Museu de la Cordà, el edificio Pepín Damián, donde ha hecho de anfitrión el alcalde, Juan Antonio Sagredo, vestido ya parcialmente con el atuendo de tirador: el mono y las botas. También en el interior, el presidente de Interpenyes, Cèsar Andreu, expresaba su emoción por haber llegado al gran día, sorteando la pandemia.

Tal y como anunció el Coeter Major, Vicent Pla, a Levante-EMV, el desarrollo ha tenido una precisión casi milimétrica. A las 23 horas, ha hecho entrada en el recinto vallado el camión que portaba los cajones cargados con ‘coets’, ‘coetons’ y ‘femelletes’. Y durante 50 minutos, tiradores y tiradoras han tenido tiempo de acabar con los preparativos y colocarse el casco. Minutos antes de las doce, Pla ha recorrido, de parte a parte, la calle Mayor con la bengala verde y justo a la media noche, la traca ha marcado el inicio de la Cordà.

Intensidad de fuego

La actividad ha comenzado con cierta intensidad, que ha subido rápidamente al estallar sendos cajones en el minuto dos y en el cinco. Cuando la Cordà alcanzaba el minuto 15, el nivel de fuego ha subido tanto que el espectáculo ha sido tanto aéreo como terrestre.

La menor cantidad de participantes ha permitido que, desde las casas de la calle Mayor (con menos gente invitada que en otras ediciones), se apreciara más la función de cada participante (hay puestos de fuego continuo y otros que entran en acción cuando los primeros decaen), el juego con el cohete e incluso el característico baile.

De hecho, este año han participado unas 90 personas menos de lo que era habitual en los últimos años. Se permitió la inscripción de 280 personas (incluidos el alcalde y la concejala Teresa Espinosa), que tenían que estar empadronadas en Paterna, tener el título CRE (que acredita haber recibido la formación) y haber presentado el certificado de vacunación con la pauta completa y un test de antígenos negativo. En el último momento, se ha anunciado que participaban algunos invitados como el Jefe Superior de Policía de València, Jorge Zurita o el vicerrector de la Basílica, Álvaro Almenar, así como la alcaldesa de Bonrepòs, Raquel Ramiro.

"Después de tanto tiempo, estábamos muy nerviosos pero cuando pasa la bengala verde y estalla la traca, se te van todos los nervios”, ha explicado la tiradora Beatriz Albertos, mientras su compañero de puesto, Raúl Esteve, que apenas podía hablar de la emoción, ha lamentado la acumulación de humo “que a veces hasta te impedía ver el fuego”.

A los 22 minutos, la bengala roja ha anunciado el fin, que se producía apenas un minuto después, poniendo de manifiesto que tiradores y tiradoras han calculado bien la pólvora y han llegado al final sin apenas carga.

Tras el estruendo del último cohete, tiradores y tiradoras han comentado en grupos la experiencia. Algunos coincidían en el buen comportamiento del material de cohetes, que ha aportado pirotecnia El Gato de Cheste. Otros se felicitaban por haber logrado una Cordà tan digna como otros años, a pesar de las restricciones. Mientras tanto, en las redes sociales, vecinas y vecinos protestaban porque el fuerte dispositivo ha impedido acercarse a la zona.

Y en el primer balance del punto de atención sanitario, apenas se han registrado ocho personas con heridas leves. La cifra es inferior a otros años, básicamente también porque la Cordà no ha coincidido con la ‘recordà’, que por tradición iba después pero que este año se desarrolló en el Parque Central un día antes. “La recordà también fue magnífica”, ha resumido Cèsar Andreu.