La huella del rechazo de una parte de la población de Alboraia al Plan General Estructural (PGE), que intentó por enésima vez el consistorio aprobar el pasado año, todavía pervive en algunos puntos de la huerta protegida.

Una de las barracas situadas junto al Carraixet luce en su fachada un cartel de protesta contra la ordenación urbanística, que defendia el equipo de gobierno socialista y que no logró sacar adelante. «No + Polígono, No + Depuradora, No a la planta de metanización, No al PGE, sí a l’Horta», rezaba el rótulo situado en el muro exterior.

El consistorio acometió la revisión de su planeamiento urbanístico a principios de este mandato y completó toda la tramitación, con el rechazo de los grupos de la oposición, así como de movimientos sociales y ecologistas. Finalmente, no obtuvo los apoyos necesarios para aprobarlo y el expediente decayó.

Este era el segundo intento de revisar el PGOU ya que el primero lo acometió el anterior gobierno popular, en un documento que incluía una macrooperación, que los tribunales tumbaron.