Las cuatro campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, en la localidad valenciana de Albal, han sido bajadas esta semana de su campanario para proceder a su restauración, que se prolongará durante tres meses y que permitirá que los bronces recuperen el sonido, brillo y color original y estrenen nuevos yugos de madera.

En esta restauración, “se van a sustituir los yugos de hierro por unos de madera similares a los originales", ya que se cuenta con unas fotografías "donde se ven cómo eran y se va a realizar una limpieza con silicato de aluminio a baja presión para devolverles sus características originales”, explican desde la empresa encargada de la restauración, Relojes y Campanas Monumentales, que tiene sus talleres en Náquera.

Un operario manipula una campana. AVAN

Asimismo, se van a cambiar los motores, que fueron instalados en los años 70 del siglo XX, ya que consumen mucha electricidad "y están obsoletos", por lo que se sustituirán por unos nuevos electrónicos "que simulan los toques manuales y que permitirán que sean tocadas de forma manual, algo que con el sistema que estaba instalado no se podía hacer”, añaden.E El toque manual de campanas es una práctica que está en camino de ser Patrimonio de la Humanidad Inmaterial. Igualmente, se van a incorporar unas ballestas para que los campaneros puedan tocar el toque de la cuerda.

La campana más grande se llama “Mare de Deu dels Àngels”, fue fundida en 1778 por Bartolomé Borrás, tiene 98 centímetros de diámetro y pesa 550 kilos. La siguiente, en antigüedad y dimensiones es “Santa Ana y santa Bárbara”, fundida por Ferrer en 1890, con 82 cm. de diámetro y un peso 320 kilos. “Sant Josep y santa Teresa” fue fundida por los Hermanos Roses en 1924, tiene un diámetro de 70 cm. y pesa 200 kilos, Y, por último, con cerca de 100 kilos, está la campana llamada “Santa Juliana”, fundida por Salvador Manclús en 1987 y con un diámetro de 56 centímetros.