“Esto es, ya, un no parar”. Tras el inicio de “la millor festa del món” el sábado con la Exaltación, diversos casales de Burjassot, a los que se sumó la Asociación Andaluza Al-Andalus 25, contando con la colaboración del ayuntamiento y de Caixa Popular, celebraron al día siguiente por la mañana –domingo– sus tradicionales encuentros en homenaje al plato por antonomasia, “signifique lo que signifique antonomasia”, como diría el escritor y colaborador de Levante-EMV Juan José Millás.

Falleros de la comisión Pi i Margall

Así la falla Lauri Volpi ofreció, en los alrededores de sus instalaciones, el XLVII Concurso de Paellas y el XXII Concurso de Postres Caseros. Hasta cerca de 40 paelleros, pilas de leña y mesas con ingredientes, ocuparon un buen tramo de la calle Bétera en una cita en la que no faltó una improvisada “barra para el riego”. Simultáneamente, en la avenida que le da nombre, la comisión Pi i Margall preparó su Festival de Paellas precedido de una suculenta “picaeta”. Por su parte, la falla Mendizábal rindió honores al “garrofó” en la Pinada de la Casa de Cultura y, en la parte alta del barrio de Santa Gema, fue la asociación Al-Andalus la que cocinó paella para gozo del vecindario.