Picassent fue sinónimo de fiesta el pasado miércoles. "El vell i la vella", una de las tradiciones locales por antonomasia que se enmarca en el calendario cada tercer miércoles de cuaresma, tuvo que aplazarse a esta semana con motivo de las lluvias.
Así, desde las 16:30 horas, la explanada de la Ermita fue el epicentro de esta celebración, donde no faltó el juego tradicional, un "scape room", varios talleres de pinta caras y confección; la gastronomía, con chocolate y buñuelos para todas las personas asistentes; y la música del tabal y la dulzaina del Grupo Cultural "Ball de Bastonots", que fueron los encargados y encargadas de amenizar esta gran fiesta.
El Consejo de la Infancia y la Adolescencia también estuvo presente durante toda la tarde. Este órgano municipal es el encargado de representar a los niños y las niñas del municipio para trasladar las propuestas y sugerencias al consistorio y de esta manera hacer de Picassent un pueblo donde vivir y convivir, para continuar trabajando también en mantener el sello de “Ciudad Amiga de la Infancia”.