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La canciller alemana, Angela Merkel, repetirá previsiblemente en el cargo tras las elecciones legislativas de hoy, según coinciden en señalar todos los sondeos y análisis, que conceden a su Unión Cristianodemócrata (CDU) una amplia ventaja de votos.

La única duda que se plantea ante estos comicios es qué partido se convertirá en socio del nuevo gobierno a las órdenes de Merkel, si los liberales (FDP), para formar la tradicional alianza de centro derecha entre ambas formaciones, o los socialdemócratas (SPD) en una reedición de la actual gran coalición.

Las encuestas coinciden en otorgar a los partidos de la Unión -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)- sobre un 35% de votos, un resultado similar al alcanzado hace cuatro años, cuando superaron al SPD por décimas.

Los socialdemócratas, sin embargo, han cedido ampliamente en intención de voto y se sitúan de media, según los distintos sondeos, unos 10 puntos por debajo de la Unión, en lo que podría ser el peor resultado de su historia, si bien los analistas cuentan con que recuperarán porcentajes en la jornada electoral.

Los posibles triunfadores de las elecciones alemanas son, sin embargo, los liberales, que cuentan con una intención de voto del 14% en los sondeos, y que podrían retornar al poder después de once años para reeditar la alianza que durante 16 años gobernó Alemania a las órdenes del cristianodemócrata Helmut Kohl.

La Unión de Merkel y los liberales a las órdenes de su presidente, Guido Westerwelle, han reiterado públicamente su deseo de coaligarse para formar gobierno, y el partido de este último anunció esta semana que sólo contempla esa alternativa y que, si los votos no alcanzasen la mayoría absoluta, continuaría ejerciendo la oposición.

En este último supuesto, a Merkel le queda la opción de repetir la gran coalición que desde hace cuatro años gobierna Alemania, alianza que la Unión y los socialdemócratas rechazan en público, aunque unos y otros no pierden ocasión para subrayar los éxitos de cuatro años de trabajo en común.

Repetir la gran coalición

Prueba de que los dos grandes partidos no descartan verse forzados a reeditar la gran coalición ha sido la campaña de sus respectivos líderes, la canciller Merkel y su rival directo, el candidato del SPD y vicecanciller federal, Frank Walter Steinmeier. Ambos han evitado en todo momento la descalificación mutua y el único duelo televisivo entre Merkel y Steinmeier fue tan anodino y falto de ataques que el rotativo Bild titulaba al día siguiente "Para bostezar...".

Los socialdemócratas, por su parte, defienden una hipotética alianza tripartita con Los Verdes -sobre un 10% de votos posibles- y los liberales, que estos últimos rechazan de plano, al igual que los ecopacifistas que se niegan a respaldar a la Unión y los liberales si estos no suman una mayoría suficiente para gobernar.

No hará tripartito de izquierda

Fuera del cortejo se queda el partido de La Izquierda, que aglutina a disidentes socialdemócratas y los poscomunistas de la extinta RDA, y al que los últimos sondeos conceden un 10% de intención de voto.

Aunque a nivel regional ya gobiernan juntos, como es el caso de la ciudad-estado de Berlín, el SPD rechaza tajantemente una coalición con La Izquierda a nivel federal, lo que anula una posible alianza de estas dos formaciones con Los Verdes para ofrecer una alternativa de izquierdas al pacto de la Unión y los liberales.

Jugando con los colores de los distintos partidos como es costumbre en Alemania, los sondeos y analistas conceden mayores posibilidades a la alternativa negro (CDU/CSU) y amarilla (FDP), seguida por la negro y roja (SPD).

Ante el rechazo liberal se conceden pocas posibilidades a la llamada "coalición semáforo" con la conjunción de SPD, FDP y Verdes, así como a la "coalición Jamaica" -por los colores de la bandera del país caribeño- de CDU/CSU, FDP y Verdes.