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Colombia acudió ayer a las urnas para elegir al nuevo presidente del país tras la etapa de ocho años del polémico Álvaro Uribe. Juan Manuel Santos, heredero del oficialismo, y Antanas Mockus, el candidato de los verdes que ha revolucionado el escenario político colombiano, eran los principales candidatos en los comicios, que no se libraron de algunos episodios violentos. De hecho, dos soldado murieron en intensos tiroteos contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero más poderoso y antiguo del continente americano.

Al cierre de esta edición aún no se disponía de resultados oficiales. Pero si -como afirman los sondeos-, ningún candidato obtiene la mitad más uno de los sufragios, habrá que acudir a una segunda vuelta en próximo 20 de junio.

Así, el país vivió una de las jornadas electorales más trascendentes de su historia reciente. Los partidarios de los nueve candidatos que se presentaban ayer acudieron a los colegios electorales conscientes de que su voto contribuiría a definir el nuevo rumbo de la nación.

Los principales aspirantes, Juan Manuel Santos y Antanas Mockus, ofrecen dos modelos distintos, no tanto en cuestiones económicas, sino en los temas que se han convertido en prioritarios para los casi 29,5 millones de colombianos llamados a votar: la corrupción, el desempleo, el respeto a la ley y la ética como forma de entender la política y el papel del Estado.

El ascenso de Mockus en las encuestas, con serias probabilidades de ganar la presidencia, ha convertido estas elecciones en una de las más excepcionales de los últimos tiempos, ya que Mockus, un intelectual de comportamiento poco ortodoxo ha puesto a la defensiva al poderoso aparato del Estado que hasta hace un par de meses confiaba en que Juan Manuel Santos, quien se sentía el sucesor natural de Uribe, retendría el poder sin problemas.

De esta manera, Mockus encarna un anhelo de cambio en la forma tradicional de hacer política, que en los últimos años ha estado salpicada de contínuos escándalos políticos, económicos y militares.

Varios incidentes

Santos representa la continuidad del "uribismo" en el poder. Y, con ello, la prolongación de prácticas políticas que han fomentado la corrupción, así como una agresiva política de combate y represión de los grupos insurgentes, que no ha respetado ni tan siquiera las fronteras del país y que ha llevado a varias y profundas crisis diplomática -aún no resueltas-, con Ecuador y Venezuela.

Aunque los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), destacaron la normalidad de los comicios, la jornada comenzó con varios incidentes. El ministro del Interior y de Justicia colombiano, Fabio Valencia Cossio, informó de que en las primeras horas se registraron 47 denuncias de presiones a electores y algunas quejas por participación de funcionarios en política. Por otro lado, fuentes militares informaron de que un guerrillero de las FARC, murió en combate entre los departamentos de Tolima y Valle del Cauca. En otra zona rural de Vistahermosa, en el Meta (centro), murió un soldado tras un ataque a una patrulla; mientras que otro uniformado perdió la vida en un enfrentamiento con las FARC en el norte del país.

Por otra parte, la Misión de Observación Electoral (MOE) para las elecciones presidenciales denunció ayer varios episodios de compra de votos a favor de la candidatura del político del Partido de la U, el oficialista Juan Manuel Santos.