El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, era partidario de que el comandante de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, general Stanley McChrystal, siguiera en el cargo pese a sus polémicas declaraciones en un artículo de prensa porque le consideraba vital para los esfuerzos bélicos que se llevan a cabo en el país asiático, pero su postura fue rechazada, según indicó un alto cargo del Pentágono a la CNN.

Otro responsable explicó que Gates estaba inicialmente enfadado por el artículo -en el que el general y sus ayudantes hablan jocosamente de varios altos cargos de la Administración-, pero defendió que McChrystal tenía que seguir porque la guerra se encuentra en un momento crítico. Sin embargo, la Casa Blanca no tenía la misma opinión, por lo que finalmente Gates cambió de postura y se mostró de acuerdo en que la continuación del general no era lo apropiado.

Según la CNN, aún no está claro si el presidente, Barack Obama, ya había tomado la decisión antes de verse el miércoles por la mañana con McChrystal, si bien afirma que el mandatario dio tiempo a éste de defenderse. Según un responsable de la Casa Blanca, McChrystal "intentó explicar la situación".

Cumbre del equipo de asesores

De acuerdo con esta fuente, una vez que aceptó la renuncia, Obama no perdió tiempo en buscar un sustituto y convocó inmediatamente a un equipo de asesores, entre los que estaban el vicepresidente, Joe Biden, Gates, el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, el consejero de Seguridad Nacional, Jim Jones, y el jefe de gabinete, Rahm Emanuel. De esta reunión, de unos 45 minutos, salió el nombre del jefe del Mando Central, general David Petraeus, superior de McChrystal. A continuación, Obama llamó al general y mantuvo un encuentro con él de unos 40 minutos, en el que éste accedió a ocupar el mando de las tropas en Afganistán, pese a que ello suponía, en cierta medida, una degradación de su rango.

Así las cosas, el almirante Mullen dijo ayer que está de acuerdo con la decisión de Obama y advirtió de que los próximos meses serán cruciales en la guerra. Como ya hiciera la víspera el presidente, reiteró que la estrategia en Afganistán no se modificará con el relevo de McChrystal.

El general Petraeus comparecerá ante el Comité de Servicios Armados del Senado el próximo martes en una audiencia en la que se discutirá la confirmación de su cargo como nuevo comandante de la guerra en Afganistán.

Tanto los republicanos como los demócratas han respaldado la decisión de nombrar al general de cuatro estrellas para el cargo.

Mientras tanto, será el general británico, Nick Parker, quien dirija las fuerzas de la OTAN en Afganistán a nivel interino. El problema es que no hay progresos claros en ninguno de los frentes. Y Obama necesita alguno antes de que acabe el año, ante la perspectiva de que Afganistán se convierta en otro Vietnam. Los generales ya han sugerido que la estrategia necesitará un mínimo de tres años para dar frutos. En el terreno político el futuro es más incierto.