El Gobierno marroquí suspendió ayer las actividades de la cadena qatarí Al Yazira, así como la acreditación de su personal por "alterar la imagen del país", especialmente en relación a su "integridad territorial", anunció ayer el Ministerio de la Comunicación. En el último mes, el influyente canal qatarí había reducido su presencia en Rabat de cinco a dos corresponsales, a causa de la situación de dos de sus periodistas que no habían sido acreditados desde hace 20 meses por el Ministerio de Comunicación, según fuentes de la cadena. Al Yazira recurrió esta decisión ante el Tribunal de Rabat. El jefe de la delegación del canal en Rabat, Abdelkader Jarrobi, dijo que una fuente gubernamental marroquí les aseguró que se debe "a la manera que manejan los temas islamistas y del Sáhara Occidental".

Mientras tanto, Rabat mantiene el bloqueo sobre el campamento saharaui en El Aaiún. Tres de los cinco saharauis que resultaron heridos el pasado domingo por disparos de las fuerzas de seguridad marroquíes en el campamento están siendo torturados para que firmen una declaración autoinculpatoria, según denunciaron ayer familiares. Según declaró por vía telefónica el activista mexicano Antonio Velázquez, uno de los portavoces del campamento de protesta instalado a las afueras de El Aaiún, la hermana de uno de ellos denunció que las fuerzas marroquíes les están torturando para obligarles a firmar una declaración según la cual ellos habían disparado en primera instancia con armas de fuego. En cuanto a los otros dos heridos, añadió, se encuentran hospitalizados, uno de ellos "muy grave", y esposados a la cama.

El portavoz mexicano y la española Isabel Terraza son dos de los pocos extranjeros que se encuentran en el campamento, que alberga a unos 20.000 saharauis, rodeados por el ejército y las fuerzas policiales marroquíes. Velázquez denunció que Marruecos está impidiendo la llegada de alimentos, medicinas y agua potable. "La gente acude a la enfermería para buscar medicamentos", explicó. "No es que no se puedan comprar en El Aaiún, es que no los dejan entrar", agregó. Aparte, añadió, "el miércoles no había ni una gota de agua potable" y ayer tampoco había agua embotellada ni en el pozo del campo, aunque se esperaba la llegada de un camión cisterna.