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Crisis en el país caribeño

Los venezolanos se muestran escépticos ante el diálogo entre el Gobierno y la oposición

El inicio de las negociaciones entre ambas partes no tiene todavía fecha, aunque se espera que sea en pocos días en la ciudad de México

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante una jornada de salud el pasado mes de mayo en Caracas. EFE

Un fuerte oleaje de desencanto se esparce por Venezuela a pocos días de comenzar un nuevo intento de negociación política entre el madurismo y los sectores nucleados alrededor del exdiputado Juan Guaidó, la oposición más dura al Gobierno. El pesimismo no solo está relacionado con el diálogo que, otra vez, patrocina Noruega. La desazón se percibe en las mismas filas del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El oficialismo llevó a cabo el pasado fin de semana sus primarias, de cara a las elecciones regionales y municipales de fines de noviembre. Solo un 17,5% de los militantes participó. En varios estados, ninguno de los candidatos alcanzó el 40% de los votos necesarios para representar al PSUV.

El bajo porcentaje de participación en las primarias del partido de Gobierno no es el único dato que permite a los analistas medir el escepticismo de un país económicamente quebrado y bajo el azote de la pandemia. La última encuesta de la firma Meganálisis da cuenta de que Guaidó -a quien Estados Unidos y otros Gobiernos todavía reconocen como "presidente encargado" - tiene apenas un apoyo del 4%. El dirigente de Voluntad Popular (VP), partido al que pertenece Leopoldo López, actualmente exiliado en España, llegó a contar con un nivel de adhesión del 84.6%, poco después de autoproclamarse la autoridad ejecutiva de Venezuela, a fines de enero de 2019.

La pérdida de popularidad se explicada por decisiones erráticas, como la tentativa de un golpe de Estado, en abril de 2020, y otras políticas controvertidas, entre ellas el respaldo que dio a las sanciones económicas contra Caracas de la Administración de Donald Trump.

Una reciente sondeo de la consultora Datincorp mostró que el 47% de las encuestados no confían "nada" en los actuales liderazgos mientas que un 43,8 % ya no cree en los partidos políticos existentes. Un 29,9 % piensa directamente que no sirven.

La mirada del diálogo

En cuanto a las inminentes negociaciones que tendrán lugar en México, aunque todavía sin fecha fija, un 50,6 % de los venezolanos apoyan la posibilidad de una salida consensuada a la crisis que se agudizó a partir de 2013. Casi un 50% de los consultados se muestra a su vez dispuesto a participar de las elecciones de noviembre.

El opositor venezolano Juan Guaidó durante una rueda de prensa el pasado mes de mayo en Caracas. EFE

Con estos precedentes se preparan el Gobierno y la oposición más intransigente para verse otra vez las caras. El presidente Nicolás Maduro aseguró que existen la posibilidad de un acuerdo entre las partes. "Yo creo que, en el diálogo político de paz con la oposición guaidocista, vamos bien", dijo. Maduro aseguró a su vez que ya existe "un documento redactado". En los próximos días, añadió, "se anunciará la fecha y el lugar de la reunión" que, se supone, tendrá a México como sede.

El Palacio de Miraflores tiene un menú de exigencias: una explícita "renuncia a la violencia" para resolver las diferencias y que la oposición deje de respaldar las sanciones económicas. El madurismo pide también que en una posterior etapa del diálogo se incorporen todos los sectores de la oposición. La agenda de los sectores que siguen a Guaidó por ahora no se ha modificado: elecciones libres y supervisadas por la comunidad internacionales, liberación de los presos políticos y el fin de las restricciones a la actividad política.

Ausencias sugerentes

Hasta ahora, los diputados opositores que participan de la Asamblea Nacional (AN) que entró en funciones a principio de año no fueron "invitados" a las tratativas. "Informamos al país que no hemos sido invitados a participar en el proceso de diálogo y negociación auspiciado por el Reino de Noruega, ni conocemos la agenda que en este se desarrollaría, lo cual consideramos como un muy mal inicio para este capítulo de conversaciones", dijeron los legisladores agrupados en la Alianza Democrática. "Demandamos que la agenda de temas sea transparente hacia el país, con miras a evitar que esta oportunidad sea desviada a la satisfacción de intereses personales, grupales o partidistas, como ha ocurrido en el pasado". A su vez, la Alianza Democrática expresó su sorpresa por la ausencia de España en el proceso de negociaciones.

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