"Desde la distancia lo que está ocurriendo en la frontera entre Polonia y Bielorrusia puede parecer una crisis migratoria pero no lo es. Es una crisis política causada con un motivo específico: desestabilizar a la Unión Europea”. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ha comparecido este miércoles en Varsovia arropado por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que se ha desplazado hasta la capital polaca para mostrar su apoyo y denunciar lo que considera un “ataque híbrido, brutal, violento e indigno” del régimen de Aleksánder Lukashenko. Según Michel, los Veintisiete deben responder con “firmeza y unidad” y decidir si los fondos europeos pueden financiar alambradas que permitan a países como Lituania o Polonia proteger sus fronteras.

La idea no es nueva. Hace un mes una docena de Estados miembros, entre los que figuran los países bálticos, Polonia, Grecia, Austria o Dinamarca, plantearon en una carta dirigida a la Comisión Europea la posibilidad de utilizar el presupuesto europeo para financiar este tipo de vallas. Según alegaron entonces, “las barreras físicas parecen ser una medida efectiva de protección fronteriza” que puede servir a los países en primera línea y al resto de Estados miembros. La sugerencia fue rechazada rotundamente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la comisaria de interior, Ylva Johansson, pero la idea sigue sobre la mesa y este miércoles la ha rescatado el mismo Michel.

“Según la opinión legal del servicio jurídico del Consejo, legalmente es posible en base al actual marco legal europeo financiar infraestructuras”, ha explicado este miércoles insistiendo en que “es una decisión que tiene que adoptar la Comisión” pero que en cualquier caso “la opinión jurídica del Consejo es muy clara”. Los Veintisiete ya abordaron la posibilidad durante el último Consejo Europeo y según el dirigente europeo es necesario que los líderes europeos clarifiquen “qué es posible y qué no”. “En Lituania hay 600 o 700 kilómetros de frontera con Bielorrusia, y nos enfrentamos a una situación nueva en comparación con el pasado. ¿Es posible que la UE muestre solidaridad ayudando a proteger las fronteras nacionales, que también son fronteras europeas? Espero que podamos aclarar y tomar una decisión lo antes posible”, ha incidido.

Nueva ronda de sanciones

De momento, el primer ministro polaco ha solicitado la celebración de una videoconferencia de emergencia con el resto de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE para abordar la crisis en la frontera con Bielorrusia y la adopción de nuevas sanciones dado que las que hay “aparentemente no están funcionando”. Según Morawiecki, es urgente y necesario que los líderes de los 27 aborden esta crisis antes de la cumbre de mediados de diciembre. “Es un asunto muy grave y hay que redoblar la presión sobre Lukashenko” porque “sin sanciones específicas no podremos lograr los resultados que queremos”, ha dicho.

La discusión se colará previsiblemente en la reunión de ministros de exteriores de la UE de la próxima semana a lo que "podría seguir” una cumbre de líderes, según fuentes europeas. Hasta entonces, los 27 seguirán trabajando en una nueva ronda de sanciones contra Minsk. Sobre la mesa, en esta ocasión también está la posibilidad de sancionar a aerolíneas de terceros países que participan en la estrategia del régimen de Lukashenko, transportando pasajeros que aspiran a llegar ilegalmente a la UE. Varsovia ya ha solicitado el bloqueo vuelos comerciales procedentes de Oriente medio para reducir el flujo migratorio.

“Es importante explicar a las aerolíneas cuáles son los efectos de sus decisiones en el lanzamiento de un ataque híbrido contra la UE. Y si no logramos convencer con argumentos, debemos estar preparados para decidir sanciones concretas y operativas, porque debemos ser firmes. Lo que está sucediendo es grave y debemos reaccionar con firmeza. Necesitamos estar unidos”, ha avisado Michel que también ha anunciado una ofensiva diplomática con países de tránsito y de origen.