La Fast Fashion es utilizada por muchos consumidores aun sabiendo que ha sido testigo de la precariedad laboral, la explotación infantil o la discriminación de género. Se nos olvidan desastres como el que ocurrió en Bangladesh en 2013, cuando una fábrica textil se derrumbó por el deterioro en su estructura causando más de 1.000 muertos. Además, al año en España, 326.000 toneladas de esta ropa, serán incineradas generando emisiones tóxicas para el medioambiente. Pero, ¿quién conoce la Slow Fashion?, prendas de comercio justo, de mayor calidad, exclusividad y fabricada con productos biodegradables que no contaminan el medio ambiente. Proteger el medio ambiente a través de la moda es un paso más. Atrevámonos a darlo.