De repente todo cambió un buen día, nadie imaginaba que nuestras vidas se podrían ver alteradas de forma tan drástica, nuestra forma de actuar iba a cambiar radicalmente, nuestras relaciones con los demás, la forma de interactuar con las personas y con el medio. Hace unos meses pensábamos que nuestro sistema sanitario era infalible. Éramos conocedores de que la sanidad española era un referente a nivel mundial. Pero los recortes en sanidad a lo largo de varios años nos han hecho ver de forma clara que hoy en día las inversiones en este campo son muy necesarias para fortalecer aún más el sistema sanitario. Pero como pasa siempre sólo vemos las soluciones o las propuestas de mejora cuando un desastre de esta magnitud ocurre. A veces me pregunto por qué el ser humano no aprende de la historia, como puede ser, por ejemplo, la gripe española que surgió al inicio de siglo XX y que causó muchas muertes como ahora con el coronavirus. Lo que realmente no comprendo es cómo en estos momentos con los medios que tenemos se vuelve a repetir una situación muy similar. ¿Por qué los países no aprenden de sus errores? ¿Por qué ahora con más recursos en investigación, donde todo parece que está más controlado, ha aparecido este virus? Son tantas las preguntas que nos planteamos y que, en estos momentos, no tenemos la respuesta adecuada que hace que sintamos incertidumbre, miedo y controversia ante el mundo en el cual vivimos.