Seguro que usted ha escuchado hablar de la ‘generación ni-ni’, nombre que se ha atribuido al creciente número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Ha dejado de ser un simple apelativo popular, para convertirse en un nuevo grupo social que aumenta cuantitativamente de forma preocupante. En España, el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 29 años que ni estudia ni trabaja ha aumentado por primera vez desde 2013 situándose en un 17,3 %, 2,4 puntos por encima del año anterior.

Un “reality” de un medio de comunicación emitido recientemente por televisión calificó a esta generación ni-ni de “vividores” o “listillos”. Me confieso aprendiz de todo y, por consiguiente, respetuosa y expectante con las opiniones de otros y lo que me puedan enseñar. Pero estoy atenta a lo que sucede a mi alrededor, escucho, leo, veo y trato de informarme, contrastar y entender. Y en cuanto a los ninis me inclino a considerar que la sociedad en la que vivimos es, en una parte importante, responsable de su existencia.

Tal vez sea consecuencia de la ‘esfera no-no’ en la que muchos de ellos han podido crecer. No puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro porque puede ser peligroso… La sobreprotección da lugar a jóvenes frustrados y dependientes porque nunca nadie les ha enseñado a tomar sus propias decisiones, a equivocarse y aprender de sus errores.

Probablemente, otro punto importante a considerar es la educación. En su mayoría los ninis son jóvenes que no encuentran motivación alguna en los estudios. Revisar nuestra oferta educativa, reforzar estudios de carácter eminentemente práctico y ensalzar y promover el valor de dichos estudios podría ser estimulante y motivador para aquellas personas que o no quieren o no pueden pasar largas horas de estudio frente a libros y teorías. Encontrar un camino más acorde a tus intereses sin duda es estimulante y aleja la frustración.

Sin embargo, lo más preocupante es que gran parte de estos jóvenes que “ni” estudian “ni” trabajan, realmente “ni” siquiera han tenido oportunidades para hacerlo. Siendo así jóvenes que han abandonado sus estudios por la precaria situación familiar que les obliga a trabajar, niñas embarazadas o que deben dedicarse a las tareas del hogar. Una posterior reinserción en el ámbito educacional o laboral desde luego va a ser mucho más costosa que de haber seguido los cauces standard establecidos.

Es por todo esto necesario alejarse de denominaciones estigmatizadoras como ninis. Este segmento social debe de ser ayudado y no discriminado. Son parte de los prejuicios de una sociedad que juzga sin verdaderamente conocer, que pierde su tiempo en criticar a estos jóvenes en vez de tratar de proporcionarles herramientas para enfrentar los retos de un futuro que realmente nos repercute a todos.