Recientemente ha surgido la idea de colocar dos arcos chinos en los accesos a las calles de Pelayo y Convento de Jerusalén en València, donde existe la mayor concentración de comercios chinos en nuestra ciudad, limitando así un Chinatown valenciano. Los defensores de la idea, surgida a través de los proyectos participativos, han desatado de manera involuntaria un conflicto en un barrio en el que valencianos y asiáticos convivían en armonía. En este mismo barrio se ubica el principal trinquete de pilota valenciana, deporte local de larga tradición y que desde hace mucho tiempo viene reclamando acciones que le den más visibilidad.

Pero, ¿significan algo estos arcos para la comunidad china? Desde mi punto de vista, estos arcos no suponen ninguna ayuda para una comunidad que ni ha pedido ni ha votado que sean colocados. Por el contrario, aún sin pretenderlo, los arcos implican un demérito para la ya maltrecha tradición de la pilota valenciana.