El presidente del Gobierno ha pedido un «gran diálogo nacional» para salvar la economía con un futuro lleno de optimismo para el 2050, indicando que la visión del futuro debe ser de todos para decidir qué país queremos ser en 30 años.

Le recuerdo el país que era España en el año 1990, es decir hace 30 años. A pesar de tener una democracia consolidada, estamos en una situación en que gobiernos y partidos sólo piensan en mandar lo máximo posible, habiendo creando una división del país con unas comunidades partidistas que solo piensan en ser una nacionalidad. Por lo que hoy no se puede decir que todos los españoles somos iguales en derechos y obligaciones, gracias a la mentalidad política que tenemos.

Tal vez por ello, los políticos, cuando están en el poder, le remiten al ciudadano ideas a largo plazo con sus promesas, ya que son incapaces de dar solución al estado actual. Es decir, nos está diciendo que todo el sistema de economía sumergida, paro y endeudamiento, inmigración ilegal, desigualdades, etcétera no es un tema prioritario políticamente. Todo ello con la excusa de una reflexión colectiva y plural sobre los retos de futuro del país tras la pandemia del coronavirus.