Casi todos hemos escuchado una argumentación "generalista" usada en una discusión o debate sobre temas, políticos, religiosos o de cualquier naturaleza. Me refiero al comentario que trata de rechazar la tesis propuesta por el interlocutor, no aportando argumentos o datos que puedan rebatirla, diciendo: "Parece mentira que, con tu inteligencia (o preparación, o experiencia), digas eso (o defiendas esa tesis)". Es un comodín hipócrita, que lo que está diciendo es lo siguiente:

 Como no puedo ridiculizarte porque es obvio que tu formación es superior a la mía...

 Voy a tratar de "desestabilizarte emocionalmente" para hacerte dudar, y

 Dejo claro al resto de contertulios que "juego limpio" pues reconozco tu superioridad "moral", o formativa, o informada, y....

 Demuestro que no es "oro todo lo que reluce" y tu preparación estará adornada de un buen curriculum pero..... a saber si es cierto o cómo lo has logrado, pues no te ha servido para nada.

 Aunque parezca soberbia, hay que contestar lo siguiente: "Me parece que tu reconocimiento a mi formación (preparación, información, inteligencia) no es muy sincero porque tu comentario debería ser al revés. Es decir, deberías preguntarte que si he llegado a esa conclusión con mi (lo que sea), será por algo, y pedirme que te lo explique, para ver si eres capaz de entenderlo".

 Normalmente creemos estar en lo correcto y, si alguien disiente, es el otro el que está equivocado. No aceptamos, y menos públicamente, la posibilidad de estar en un error. Si el interlocutor está menos preparado, es más joven o tiene menos experiencia, somos condescendientes y desde nuestra "altura" decimos "ya lo verás (o lo descubrirás, o lo comprobarás, o hazme caso que sé lo que te digo)". Pero si tenemos que reconocer la mayor preparación del oponente, usamos ese cinismo. El caso es no dar el brazo a torcer, no aprender porque nosotros....ya lo sabemos todo.