Encontrándome en el metro, sobre las 14:30 horas del 15 de Noviembre, he podido vivir la escasa, tal vez nula, educación, respeto y consideración de una gran mayoría de jóvenes, pues, en el sentido al que me refiero, esa ausencia de educación, respeto y consideración ha sido total y absoluta, o sea al 100%. De nada sirve el cartel que, bien visible, indica «asientos reservados...» Pues bien, esos 6 asientos, situados frente a frente 3 a cada lado, se encontraban ocupados por 5 jovencitas y un joven, en tanto en el pasillo, de pie, gente mayor entre la cual me encontraba. Esos jóvenes ni se han inmutado para ceder el asiento, como digo «reservados», a los mayores que de pie permanecíamos en el pasillo. Pero para mayor vergüenza social, al levantarse el joven que ocupaba uno de esos asientos, repito «reservados», y pretender sentarse una persona mayor, se le ha «anticipado» una jovencita que, absorta en su atención al móvil, ha ocupado dicho asiento sin atender las «observaciones» que otras personas le hacían sobre que cediera el asiento a esa persona mayor que lo iba a ocupar. ¡Qué lástima de juventud!