Nuestro país está por delante de estados como Francia, Reino Unido, Alemania o Italia en cuanto a número de vacunaciones por cada 100 habitantes se refiere. El abultado índice de no vacunados es debido a la particularidad de la personalidad de los españoles, que no desean -de hecho no lo hacen- vacunarse por motivos varios -entre ellos, el negacionismo- que impiden alcanzar la tan anhelada inmunidad de grupo, confirmado esto último con las nuevas variantes del coronavirus. España no posee el grado de saneamiento económico como el de los países citados más arriba. En consecuencia, la gestión de la pandemia está siendo paradigmática, si se tiene en consideración la situación coyuntural de nuestro Estado en el planeta. Alberto Jesús Lereu Sanchis. catarroja.