El fútbol es un deporte de hombres. El fútbol femenino no vende. Las mujeres no saben jugar. ¿Cuántas veces hemos oído estas frases? Y, sin embargo, el fútbol femenino no deja de batir récords. En el Camp Nou se reunieron 91.648 personas para ver un partido de fútbol. Femenino. Y de fútbol con mayúsculas, por cierto.

 Pero no solo el Barça, que partido tras partido rompe más barreras y récords, debe estar de enhorabuena; sino que es la sociedad la que debe celebrar que el fútbol y el deporte femenino empiecen a comer en la mesa del masculino.

 Ayer se demostró, una vez más, que el fútbol no entiende de géneros, sino de sentimientos. Y el sentimiento que hoy recorre al “planeta fútbol” es el de orgullo. Orgullo por un equipo que sigue invicto en liga y que irrumpe en los titulares de los medios.