Desde hace tiempo, las diputaciones instalan cajeros automáticos en pequeños pueblos de la España rural con el fin de que puedan acceder al servicio bancario. De estos, se han colocado unos 135 en municipios de Castellón, Valencia y Alicante. Pueblos en donde más del 30% de sus habitantes supera los 65 años y apenas sabe utilizarlos. Es curioso cómo esta iniciativa «pionera en el Estado español», según la Agencia Valenciana Antidespoblament, y que se presupone inclusiva, excluye a pueblos envejecidos que necesitan atención humana para realizar operaciones bancarias. Precisamente por ello el valenciano Carlos San Juan, de 78 años, juntó más de 400.000 firmas y consiguió reunirse con la ministra de Economía, Nadia Calviño. Entonces, ¿de qué sirve instalar modernos cajeros automáticos en pequeñas localidades, si no van acompañados de una persona que atienda a la gente mayor, la que más abunda en estos pueblos? Óscar Martínez. valència.