Soy valenciana y defensora de la tradición fallera, sé que es un bien económico para Valencia y lo respeto. Sé el gran esfuerzo que han tenido que soportar los casales debido a la pandemia; y cuando en septiembre del 2021 reaparecieron me emocioné. Pero tengo al pie de mi casa una falla y desde el principio estoy soportando en mi fachada, con la misma paciencia que Job, todas las impertinencias, petardos con daños materiales, ruidos, vómitos, suciedad de los propios falleros y de los ajenos que recorren las fallas; además de los excesos del límite de decibelios perjudiciales para la salud que los disc-jockeys sin el menor respeto y consideración hacia los demás vecinos ajenos a las fallas disfrutan en prodigar. Si voy al Ayuntamiento de Burjassot a hablar con el concejal de fallas, me sale la sacretaria y me dice: "Cuando tenga un problema llame a la policía, tantas veces cuanto haga falta", pero lo cierto es que no solucionan nada y aún no han abandonado la plaza ya estamos igual, porque no sancionan. El Ayuntamiento es el único responsable por permitirlo. tiene que crear una normativa que concilie respetuosamente el mundo fallero, de los vecinos que no lo son. Las fallas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no tiene porque ser unos días de fiesta para unos y para otros una pesadilla angustiosa. Yo suplico al Ayuntamiento de Burjassot soluciones reales. Faltan nueve meses para las próximas fallas. A ver si se nota el cambio. Muchas gracias.