Sea sincero. ¿Cuánto le sorprendió la alineación de Alcaraz en Almería?
Bueno, no creas que mucho. Estamos en un momento de la temporada en el que el «míster» nos quiere a todos «enchufados». Ya nos lo viene diciendo un tiempo y nosotros lo sabemos. Con todos los partidos que nos vienen en tan poco tiempo, sabíamos que iba a ver rotaciones. Lo bueno es que los que entraron de titulares funcionaron al máximo.
¿Cómo explica la solvencia con la que jugó el Levante UD un partido tan comprometido?
En la convicción, en saber que era un partido para jugarlo desde la calma pero sin dejar de mirar hacia la otra portería en ningún momento. Más que el resultado, que es espectacular, son las sensaciones que dimos en el campo. Es el mejor partido que hemos jugado, una muestra de que estamos al cien por cien para conseguir la permanencia.
¿Cómo era la cara de Barral en el viaje de vuelta?
Imagínate, era la alegría personificada porque le salió un partido redondo. Pero la alegría era general, no creas que unos lo estaban más que otros.
Alcaraz le ha recuperado de titular en los partidos de casa ¿Se siente recuperado para la causa de la permanencia?
Es la tónica general de la temporada, en la que estamos variando mucho. Parece que eres titular y luego no. Mira lo que pasó en Almería. Es un año de muchas variaciones, en el que no hay muchos jugadores con total continuidad.
¿Dejó de sentirse importante?
No, porque importantes somos todos en todo momento. Lo que hago es no bajar nunca los brazos. Cada no tiene un rol. En su día tuve un rol secundario, de no participar, y lo asumí. Ahora me toca volver a estar ahí.
Perdone que insista, pero la gente se pregunta por qué usted no jugaba tanto con Mendilibar como con Alcaraz. ¿Sabría explicarnos el motivo?
Como te digo, este año está siendo irregular en todo. Al principio, con Mendilibar no empecé jugando, incluso alguna vez no me llegó a convocar. Pero yo en pretemporada y después siempre he entrenado al máximo. Por esfuerzo y sacrificio no ha sido. Sólo te puedo decir que el míster ha confiado más en otros en distintos momentos. No puedo decir que no haya motivos de por qué no estaba para jugar. Son momentos y ya está. Pero yo me he descentrado, porque te puede pasar que te inhibas del equipo. Eso no lo hago nunca, y tampoco decir si la culpa es del míster y tal. Uno debe fijarse en mejorar, así es como se crece.
¿Qué mensajes recibió de Mendilibar y ahora de Lucas?
En su día, Mendilibar si que dijo cosas públicamente, pero siempre tuvimos un trato excelente. Personalmente me decía que no decayera. Siempre me mantenía activo y me decía que si hablaba así es para que no me relajara. No tengo nada que reprocharle. Y Lucas Alcaraz me transmite en todo momento que confía en mí. A nivel colectivo dice que es muy importante que estemos todos. Vamos a tener muchos partidos en poco tiempo. Es muy raro que se vayan a repetir los «onces».
¿Cómo llega Rubén al tramo decisivo de la temporada?
Bien, como he dicho ha sido un año distinto, irregular, pero llego en un buen momento. Físicamente me encuentro muy bien, he participado más ultimamente. En principio, cuando no participas mucho es más difícil aguantar el ritmo, pero yo la verdad es que estoy para jugarlo todo.
Usted es un extremo zurdo a la vieja usanza, pero ahora los interiores juegan a menudo a pierna cambiada. ¿Dónde rinde más?
Siempre he dicho que en la banda derecha me encuentro muy bien. No más cómodo, pero si que es verdad que veo más alternativas, hay más dinamismo, porque puedo recibir pegado a banda, me puedo ir por dentro. Noto que tengo más salida. Pero también digo que mi mejor versión ha sido siempre desde la izquierda. Es donde mejor me salen las cosas.
Desde que Alcaraz «verticalizó» las bandas, hace dos meses, el equipo ha ido a más...
Sí, porque nosotros basamos mucho nuestro juego en abrir el campo, el centro al área... . Está siendo un año muy variado en los laterales y los extremos.
¿Como va a desarrollarse la «lucha» por la permanencia?
Prácticamente somos 6 ó 7 equipos los que nos hemos metido ahí y creo que vamos a estar así hasta el final, porque una semana ganas un partido y luego pierdes dos. Así nos está pasando a todos los de abajo. Pasas de estar salvado a estar hundido en cuestión de una semana. El Córdoba, por ejemplo, no está sentenciado. Quedan nueve «finales». Va a ser una «guerra», una lucha continua hasta el final, que por mucho que un día ganes o pierdas no vas a poder estar tranquilo en casa tomándote una cerveza.
¿El Levante UD puede permitirse jugar a otro fútbol que no sea el contragolpe?
Como todo jugador, lo que quiero es tener el balón, que es como más se disfruta jugando al fútbol. Pero está claro que tenemos que adaptarnos a la idea global, y es cierto que no tenemos las características para tener el balón. Evidentemente, en determinados momentos sí, y así lo hemos demostrado. Si estamos en Primera es porque sabemos tener el balón en los pies. Sin olvidar que lo que nos ha dado tantos estos años ha sido el estilo de contragolpear. Lo que pasa es que esta temporada no está faltando claridad, más asociación en la llegada. Nuestra identidad debe ser la rigidez defensiva y la rentabilidad ofensiva. Eso nos dio la gloria.
¿Entendería las críticas si bajasen?
No, porque somos un club como limitaciones y cada año se van futbolistas. No es fácil acertar cada año en cubrir los huecos. El objetivo siempre es la permanencia.
Usted ha sido un fijo en la selección Sub´21. ¿Algún día veremos a Rubén en la selección absoluta?
Ojalá. Los futbolistas que están yendo ya no son solo del Madrid o el Barça, sino de equipos menos grandes. Da gusto ver que llaman a Vitolo o Nolito, por ejemplo. Además, es una época de transición y hay gente joven que va a tener su oportunidad. Es tiempo de que vaya gente como Alberto Bueno o Iborra, por ejemplo, pues están haciendo una grandísima temporada. ¿Si me llamarán a mí? Aún queda para eso. Primero tenemos que salvarnos.
