El derby ante el Elche de ayer, en el clásico trofeo Festa d´Elx, y la suspensión del partido ante el Rayo, el Llevant da por cerrada una pretemporada que se salda con unos cuantos partidos insustanciales y escasamente útiles y, con el infortunio de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de Roger Martí, que ya trabaja para estar operativo en enero. La ausencia del ariete es un hándicap inmenso, pese a lo cual, a una semana de la visita del Villarreal a Orriols para estrenar el retorno a Primera, Tito y Carmelo no han sido capaces de encontrar un recambio de garantías para el torrentí, algo realmente complicado y, sin embargo, imprescindible, pese a la confianza en Alegría y el olfato goleador, aunque no sean delanteros natos, tanto de Jason como del recién llegado Ivi. Entre ambos sumaron 24 goles en la pasada temporada, pero en Segunda.
La principal singularidad del stage granota es no haber disputado ni un solo partido que tuviera apenas más intensidad que cualquier entrenamiento. Que sí, que el verano es tiempo de pachangas, está claro, pero no es menos cierto que las escuadras suelen ensayar algo parecido al fútbol que desplegarán unas semanas después, en competición oficial, alineando lo que será el once base de la temporada y dejándolo evolucionar durante 90 minutos para discernir su capacidad competitiva y tener margen de reacción. Muñiz ha optado por algo muy distinto y realmente la probaturas habrá que ejecutarlas con la liga en marcha. No hay otro remedio.
En todos los partidos, salvo, si acaso, frente al Alavés, ha habido montones de cambios e incorporaciones de canteranos; se ha dado un protagonismo insólito a futbolistas como Verza que, salvo sorpresa mayúscula, no va a tener protagonismo, al extremo que en algún partido tomó la manija del equipo y el esquema de juego orbitó a su alrededor. No alcanzo a comprender qué enseñanzas o qué aprendizajes se obtendrán de ésto para la Liga. El principal problema es que el míster apenas ha podido ensayar con algo similar a lo que será un equipo titular. Aunque algunas piezas van encajando con las incorporaciones de Ivi, Róber y Doukouré, faltan por llegar, como mínimo, un central, un interior -prácticamente seguro que será Samu García- y un delantero de máximas garantías.
Iván López, capitán. Iván ha dejado entrever su deseo de ser capitán, tras la marcha de Rubén. No parece que le falten méritos. Granota desde cadete, debutó en el primer equipo en 2011 y es el único canterano «puro» que queda en la plantilla, aparte de Pepelu. Los otros son Roger (que también debutó con el primer equipo en 2011), Jason y Morales, formados en otras escuelas, aunque procedieran del amateur. Lo que sorprendre, de hecho, es que, con su bagaje levantino, Iván López no sea el primer capitán.
