Toño y Jason son dos de los carrileros de moda en el fútbol español. Ambos futbolistas del Levante cotizan muy al alta en la bolsa de fichajes. Su brillante partido el pasado lunes ante el Athletic ha subido su caché. Porque ambos jugadores finalizan su contrato en junio de 2019, a partir del próximo 1 de enero podrían firmar por otro club, sin que la dirección deportiva de Orriols haya logrado cerrar su renovación.

A Toño se le presentó una oferta de renovación de tres temporadas (más una opcional por partidos jugados), que no dejó satisfecho al propio futbolista tal y como expresó al club. La entidad dio por rotas las negociaciones y centraba sus esfuerzos en buscarle un recambio de garantías. Sin embargo, todavía queda abierta una rendija, aunque mínima, para su continuidad ya que el futbolista se apostó por firmar con una agencia de representación nueva en lugar de que su padre le llevara los asuntos.

Con jason sucedió tres cuartos de lo mismo. Al futbolista gallego se le presentó una propuesta de renovación de tres temporadas, pero después de mantener seis años su mismo contrato, el futbolista esperaba un esfuerzo mucho mayor por parte de la entidad sobre todo porque llegó con una importante oferta de otro club para hacerse con sus servicios. Bajo este panorama, y pese a que Paco López apuesta por Toño y Jason, el futuro es más que incierto.