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La normalización del desorden

La normalización del desorden e. ripoll

El Levante se encuentra en un importante bache de juego. Esta afirmación supone una blasfemia -incluso un ultraje- para una parte de la hinchada del Ciutat que venera la figura de Paco López, negando toda posibilidad de crítica, y mostrando el bagaje de puntos como argumento de principio y fin.

La realidad, por desgracia, es que la escuadra azulgrana se ha instalado en una peligrosa normalidad donde impera el desorden defensivo y la falta de equilibrio en la medular. La incapacidad para desplegar un plan de partido definido, constante y sólido se ve contrarrestada con la enorme capacidad ofensiva del equipo, liderado por las carreras y los goles de Morales, asumiendo en no pocas ocasiones el papel de héroe, cuando no de salvador del día.

La incapacidad para controlar los partidos ha supuesto un alto peaje de puntos, y pone de manifiesto las importantes carencias en el eje de la defensa y especialmente en un pivote defensivo que el técnico de Silla sigue buscando encontrar desesperadamente entre su plantel.

Todo ello en un magma de inocencia en el bloque bajo que vive huérfano de contundencia, con la excepción destacada de Cabaco, y con una tendencia a recibir expulsiones evitables en muchos casos.

El jugador llamado a aportar ese plus en el centro del campo en el trabajo de brega, robo y recuperación de balones, es un Vukcevic cuya participación y rendimiento hasta el momento no invita al optimismo, y desde luego, pone en serias dudas la inversión multimillonaria que realizó el club el pasado mercado de verano.

Quedan unas semanas por delante para que desde los despachos de Orriols se fije postura sobre la necesidad, o no, de incorporar nuevos peloteros a la causa.

La columna vertebral que consiguió el ascenso con Muñiz ha encontrado escasos refuerzos de peso durante dos cursos consecutivos, y ello ha motivado que surjan serias dudas sobre la continuidad de Tito al frente de la dirección deportiva, cuestionado por un balance económico pobre.

En una nueva era, en la que la entidad va a poder acometer importantes dispendios, es imprescindible que en la planta noble haya profesionales que maximicen los recursos a su disposición, para evitar que oportunidades de oro como la de Iborra sean inviables por falta de fondos.

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