No podemos perder en Girona. Ni siquiera empatar. Somos mejores, vamos a morir por este escudo, con el aliento de una falange de 500 levantinos -«Mai no aniràs sol»-, y nos vamos a traer la victoria y el pasaporte a Primera para celebrar nuestro 110 aniversario en la élite. El Girona se dejará la vida por el triunfo, también, lógicamente, y jugará sus cartas, pero si el Llevant impone sus virtudes, los catalanes tienen poco que hacer: confiar, tal vez, en la fortuna o en un arbitraje escandaloso.
El Llevant que entusiasmó durante el final de Liga pasado, el que le endosó un gol más que el Liverpool al Barça, está de vuelta. Tras llorar durante meses la marcha de Lerma, Vukcevic ha tenido al fin la oportunidad de demostrar que es el hombre del equilibrio, el que hace mejores a los de su alrededor, en zaga o vanguardia.
La única oportunidad del Girona pasa por un inesperado ataque de tozudez de López: que regrese la tentación del trivote del toquecito con sus riesgos mayúsculos, cuando al montenegrino le falte la gasolina, como sucedió ante el Rayo, cuando todo estuvo a punto de irse al garete, tras tener el partido ganado.
Los grandes entrenadores no son sabios; son los humildes capaces de corregir aquello que no funciona, de cambiar de principios, si otros se adecuan mejor a las características de su equipo. Quedan dos jornadas para que López tenga presente aquello del gran Groucho Marx: «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros».
Yo ya no sé cuáles son los principios de López: si los de aquel once de ensueño con Lukic o Lerma de stopper o el del trivote de este año (que en teoría era un parche ante la ausencia de ambos). Si son estos de los tres jugones, no nos gustan y además nos han traído hasta el borde del precipicio. Por eso hoy nos jugamos la permanencia en Girona, en duelo directo. Así que hay que aplicar los otros, los que dieron resultado ante Betis, Barça y Rayo y nos han permitido llegar vivos al final de Liga. Con el fútbol de las tres últimas jornadas el Girona no tiene antídoto posible contra la victoria granota.
Hoy es el día de sacar lo mejor de cada levantino: los reflejos de Aitor, el carácter de Coke, el liderazgo de Vezo, el coraje de Pier, el desborde de Toño, la generosidad de Vukcevic, la entrega de Bardhi, el talento de Campaña, la verticalidad de Morales, el empuje de Jason, la lucha de Mayoral, el olfato de gol de Roger, la magia de Rochina, la templanza de Postigo, la inteligencia de Paco López, la fidelidad de la hinchada€
Hoy es el partido más importante de la historia del Llevant. El que nos permite celebrar once décadas en Primera y abordar todos los proyectos del crecimiento más decisivo del club. Hoy no podemos fallar. Hoy sólo vale la victoria.
