La borrasca Filomena hurga en la gran herida que abrió en el litoral de Dénia el temporal Gloria hace un año. El oleaje está golpeando con furia las playas desaparecidas de Blay Beach, en les Marines, y de les Deveses. Mientras, la barrera de posidonia oceánica de la playa de la Marineta Cassiana aguanta las acometidas. Este muro natural absorbe la fuerza de las olas y ayuda a combatir la erosión y fijar la arena.
La regresión es imparable en el Blay Beach. Gloria redujo a escombros los muros de las viviendas de primera línea. Este litoral está en estado ruinoso. Ahora la tempestad lo está azotando con furia. No hay arena ni ninguna barrera natural entre el mar y las construcciones. Las olas chocan contra muros caídos y cascotes. Una antigua puerta, la de la imagen, aguanta milagrosamente. En el lado de tierra, hay escombros, ruina, y, en el otro lado de esta puerta, está el mar embravecido.
Mientras, en la playa de les Deveses, el temporal está poniendo a prueba los muros de escollera que levantaron los vecinos cuyas terrazas hizo añicos Gloria. Esta costa también está repleta de escombros. Las obras para regenerarla (el proyecto del Ministerio para la Transición Ecológica prevé espigones y grandes aportes de arena para frenar la erosión; invertirá 14 millones de euros) están más cerca. Pero, mientras tanto, Filomena avisa de nuevo de que este litoral es tremendamente frágil y está expuesto a borrascas cada vez más recurrentes y violentas.