«El automóvil está sumido en una crisis galopante y nuestra producción depende en un 90 % de este sector, así que, entre las medidas adoptadas para minimizar el impacto de esta situación, se encuentra reducir al máximo las contratas». Así justifican desde ArcelorMittal la «finalización de contratos, que no despedidos, de la gente que no es necesaria», entre la que se encuentra más de una veintena de los 29 empleados de Serpusa que presentaron el pasado verano una demanda por una supuesta cesión ilegal de trabajadores.

Sin entrar a valorar esta cuestión, ya que «están en su derecho» de presentar la denuncia y ahora «los tribunales serán los que decidan», fuentes del gigante siderúrgico niegan que los despidos se deban a una represalia. «Si fuera ese el motivo, lo hubiéramos hecho en verano, pero ahora es cuando las previsiones de producción para diciembre suponen un 40 % menos de lo habitual, como ya hemos informado a los sindicatos».

De este modo, ArcelorMittal prevé «reducir la temporalidad, aunque no en su totalidad. No va a haber despidos entre el personal fijo, pero sí hemos obligado a coger las vacaciones en este periodo». Estas fuentes recuerdan que la planta todavía tiene en vigor un expediente de regulación de empleo y que para el año que viene se prepara otro. Además, desde hace un tiempo se redujeron los equipos de producción de cinco a cuatro y no se descarta bajar hasta tres.