Tras varias reuniones, conversaciones telefónicas y encuentros en Sagunt no habrá gobierno del Botànic y la coalición de Compromís pasará de ostentar la alcaldía durante estos últimos cuatro años a sentarse en la bancada de la oposición. Los intentos por llegar a un acuerdo tripartito durante la tarde de ayer no fructificaron, lo que lleva al PSOE a un gobierno en minoría con un único socio de gobierno, Esquerra Unida, con el que ha habido un entendimiento desde el principio. «Estamos muy confiados en que las cosas van a salir muy bien. Tenemos un gran proyecto para esta ciudad que vamos a poner en marcha y eso es lo más importante para nosotros», explicaban desde las filas socialistas.

Aunque por ahora, el acuerdo de gobierno está sellado con EU, los socialistas dejan la puerta abierta a la participación de nuevos socios, entre los que no descartan a Compromís. «A partir del lunes vamos a seguir hablando con todos los partidos y por supuesto seguiremos trabajando en busca de la mejor opción para nuestro municipio», añadían.

Aunque ayer por la tarde las tres formaciones se sentaron de nuevo a hablar, las negociaciones ya estaban prácticamente rotas desde la noche anterior. El reparto de responsabilidades de gobierno y concejalías fue el principal motivo de fricción. La petición de Compromís de que fuera Quico Fernández el que ostentara la representación de la ciudad tanto en la Autoridad Portuaria como en Parc Sagunt tensó las negociaciones hasta el punto de romperlas, dada la negativa tanto del PSPV como de EU.

A este respecto, los socialistas han argumentado que «alcalde solo hay uno y es él el que debe representar a la ciudad en otros organismos, como se ha hecho hasta ahora. Quico Fernández no puede pretender ser un vicealcalde que quite el protagonismo», declaraban. Tampoco hubo entendimiento en el reparto de delegaciones. Compromís solicitó Urbanismo, que no se le negó y áreas de peso para cada uno de sus cinco concejales: como Patrimonio, Contratación, Patrimonio Histórico e Industrial, Mantenimiento o Cultura, petición en la que los socialistas no cedieron al considerar que las delegaciones con mayor peso municipal deben recaer en ellos, al haber sido la fuerza más votada, sobre todo, las ligadas más estrechamente a cuestiones relacionadas con la alcaldía.

Tono «bronco»

Ante la negativa y el tono «bronco» de las negociaciones, los los nacionalistas optaron por levantarse de la mesa, mientras el PSPV y EU acabaron perfilando un gobierno en minoría, que ayer ratificaron los militantes de ambas agrupaciones en asamblea.

Sin embargo, desde Compromís explican que la oferta de delegaciones fue «ridícula y humillante», la calificaba la secretaria general, Asun Moll, además de un reparto «poco equitativo. Las concejalías que nos daban eran Bibliotecas, Cultura, Fiestas, Cementerios, Hermanamiento, Playas y Actividades, entres otras». Pese a esto «lo hemos reconsiderado hoy con más sosiego, en referencia a ayer y les hemos pedido volver a sentarnos, pero cuando lo hemos hecho nos han dicho que ya era tarde, que hablaríamos el lunes», explica Asunción Moll.