Desde que el pasado día 11 de marzo la OMS decretase la pandemia internacional causada por el COVID-19, estamos atravesando como sociedad el peor episodio de nuestra historia reciente puesto que tenemos que lamentar la perdida de miles de vidas en nuestro país, y esto sin duda, esta causando un daño irreparable.

El Gobierno de España fue eficaz, ágil y proporcional cuando dictó el primer Real Decreto de fecha 14 de marzo limitando el contacto social a través del Estado de Alarma. Fuimos el país más rápido de nuestro entorno en implementar todas estas medidas para contener la transmisión del virus.

Desde entonces el Gobierno, a través de diversos instrumentos normativos ha desarrollado las medidas necesarias para proteger a las personas del riesgo de contagio, para atender a las que son especialmente vulnerables, para garantizar la prestación de servicios sanitarios y sociales esenciales, así como para velar por las empresas y las personas trabajadoras que se vean afectadas en el aspecto económico y productivo.

La limitación de la movilidad de las personas, el teletrabajo, las medidas de flexibilidad empresarial y el resto de medidas económicas y sociales adoptadas en las últimas semanas, han contribuido a contener el avance del COVID-19 y están permitiendo al mismo tiempo que nos acerquemos al pico de la curva de transmisión y poder empezar a allanar la misma.

Sin embargo, a pesar del impacto que estas medidas de distanciamiento social están teniendo para favorecer el control de la epidemia, la cifra total de personas contagiadas y de víctimas del COVID-19 provoca una presión creciente sobre el Sistema Nacional de Salud y sus sanitarios. Estas circunstancias son las que motivan la adopción de nuevas medidas que profundicen en el control de la transmisión del virus, atendiendo siempre a las recomendaciones de los expertos en el ámbito epidemiológico y autoridades sanitarias.

Por ello, apoyo y valoro muy positivamente el último paquete de medidas adoptado por el Real decreto aprobado este domingo día 29 de marzo, porque van encaminadas a salvar vidas pretendiendo bajar la actividad económica y productiva a niveles de fin de semana. Logrando que la economía entre en un estado de hibernación para que cuando salgamos todos unidos de esta, lo hagamos con éxito y garantías. De ahí que el gobierno garantice el premiso retribuido a los trabajares que se vean afectados por estas medidas.

No es tiempo de reproches, es tiempo de que toda la sociedad en conjunto apoyemos las medidas que se están tomando, puesto que obedecen a criterios eminentemente técnicos y no políticos y siempre están encaminadas a salvaguardar lo más valioso, que es la salud de la ciudadanía.

Creo sinceramente que aquel que pretenda sacar réditos políticos de la mayor crisis sanitaria que estamos sufriendo, pisará sobre un terreno árido.

Somos más fuertes cuando trabajamos unidos, por ello, Gobierno de España, Autonomías y administraciones locales deben trabajar aunando esfuerzos, completándose en competencias y recursos para que esta crisis dure lo menos posible y tenga el menor coste, en términos sociales y sanitarios.