Algo más de cinco años le ha costado a Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed) encontrar su primer cliente para la desalinizadora de Sagunt. Ese es el tiempo que lleva finalizada una instalación que costó más de 40 millones de euros y que al fin pondrá en marcha sus máquinas para suministrar un volumen máximo anual de 270.000 metros cúbicos, con un caudal instantáneo de 9 litros por segundo, lo que representa poco más del 3 % de su capacidad de producción.
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En 2015, el mismo año en el que se dieron por concluidas las obras tanto de la planta como de las conducciones, esta empresa dedicada a la comercialización de gases para uso industrial, hospitalario, alimentario y electrónico ya solicitó el permiso a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para recibir agua de la desalinizadora. Sin embargo, los distintos impedimentos, fundamentalmente la falta de acuerdo con el Ayuntamiento de Sagunt para hacer frente a la amortización de la planta, han hecho que hasta ahora no se diera el visto bueno.
El organismo de la cuenca del Júcar lo hizo a principios de julio con la autorización de la legalización del expediente, mientras que Acuamed lo hizo a finales del pasado mes, cuando el consejo de administración de la empresa estatal aprobó el acuerdo con Oxígenos de Sagunt para el suministro del agua durante los próximos cinco años.
Capacidad de la planta
Según apuntan desde Acuamed en declaraciones a Levante-EMV, «contando con la concesión otorgada por la CHJ y la firma del acuerdo se procederá a suministrar agua a Oxígenos siempre que haya sobrantes de producción, porque el Ayuntamiento de Sagunto no utilice toda la capacidad de la planta, lo cual es altamente probable en los próximos cinco años».