Tras debutar con un excéntrico thriller sobre viajes en el tiempo y seguir con una comedia romántica sobre alienígenas, no es raro que en su tercer largo, "Open windows", Nacho Vigalondo se haya lanzado al más difícil todavía: una historia rodada con 15 cámaras que transcurre en la pantalla de un ordenador.

"En cada película me tiro al abismo", reconoce el realizador cántabro, que desde que fue nominado a los Oscar con el corto "7:35 de la mañana" (2003) ha desarrollado una carrera gratamente atípica y formalmente arriesgada, lo que no implica una vocación alejada de lo comercial.

"Yo no dejo de pensar en el espectador, lo que pasa que hay veces en que eso se confunde con la taquilla, y son cosas diferentes", señala a Efe el autor de "Los cronocrímenes" y "Extraterrestre". "Yo quiero que mis películas las vea todo el mundo y para siempre, pero no es una ecuación sencilla", precisa.

En el caso de "Open Windows", que llega a los cines el 4 de julio tras su preestreno mundial en el pasado Festival de Austin (Texas), dice Vigalondo que se trata de su película "más comercial" y al mismo tiempo "la más experimental", una dicotomía que le "cautiva".

Con un reparto internacional encabezado por Elijah Wood, Sasha Grey y Neil Maskell, la historia arranca con el actor norteamericano (Nick) pegado a la pantalla del ordenador mientras espera la hora de la cita con su actriz favorita (Jill), gracias a un concurso que ha ganado en internet.

En ese momento el fan recibe la llamada de Chord, que dice ser su representante, y le informa de que la cena ha sido cancelada. A cambio, le ofrece espiar a la actriz a través de su portátil el resto de la noche, una tentación difícil de resistir y que tendrá fatales consecuencias.

"Para mí era muy atractiva la idea de plantear cómo internet facilita que cualquiera de nosotros, en un momento dado, podamos volvernos partícipes de un crimen sin mayor trauma", asegura el director, que se ha reservado una pequeña aparición en la cinta.

En cuanto a la complejidad formal -la narración se concentra en la pantalla de un ordenador, que a su vez recoge imágenes de otros dispositivos móviles-, reconoce que ha sido un desafío enorme, no solo de postproducción, sino también en el rodaje.

"El mayor reto era que los personajes estuviesen vivos en medio de todo ese aparataje, y tanto laberinto, y tanta trampa, que estuviesen vivos y con luz propia. Esta es una película muy matemática, con poca libertad para improvisar en la que cada personaje está en su ventana y no hay apenas contacto físico", explica.

Pero son esas dificultades las que estimulan a un Vigalondo para quien cada rodaje es una aventura.

"A mí este trabajo me parece apasionante. Ya no hay tierras vírgenes que explorar, y sé que un rodaje es lo más parecido a protagonizar una novela de Julio Verne que tendré en mi vida", admite.

"Lo que más me fascina es que sea un sistema tan delicado, en el que todo puede salir mal de un momento a otro, todo se puede venir abajo. La energía que despide esa situación, hoy por hoy, no la cambio por nada", añade.

Aunque tras la nominación al Oscar mantuvo algunas reuniones con productores en Hollywood, Vigalondo no ha llegado a desarrollar ningún proyecto en la industria estadounidense.

"Hacer una película ahí es una alineación de astros muy complicada: que te guste a ti de verdad, que les guste a ellos y que por fechas y presupuesto todo encaje", señala.

Y tal vez, reconoce, no sea él el director más adecuado para hacer "encargos".

"Para mí tiene que haber amor de por medio", dice, justo antes de confesar que sí, que en algún momento, antes de retirarse, le gustaría "probar la experiencia de hacer un 'blockbuster' (éxito de taquilla)".

"A ver si me dejan. Lo que pasa es que si me ofrecieran por ejemplo el universo 'Star Wars', me encantaría, pero para mirar a otro lado, es una tentación inevitable", dice.

"La trama central de mi 'Star Wars' sería darte una hostia contra la puerta del Halcón Milenario y tener que estar cojeando", bromea, en referencia al accidente que ha apartado temporalmente a Harrison Ford del rodaje.