Amor Romeira se marca un Yiya y se queda calva en directo. Fiama cuenta qué ha hecho con el anillo de Alex. Suso Álvarez, ¿la ilusión de Alejandra Rubio? Rubén desmiente haber cobrado por tener sexo pero desvela la cifra que le llegaron a ofrecer... Normal que no entiendan nada, son titulares del nuevo programa de Cuatro, «La habitación del pánico», nunca mejor dicho. Da más pavor que aquella en la que se encerraba Jodie Foster en la película del mismo título.

El magacín ha empezado exprimiendo los réditos de «La isla de las tentaciones», el inesperado primer éxito real de la apuesta estratégica de Mediaset: la televisión transversal que comenzó oficialmente en abril del año pasado. El grupo explicaba que tras la creación de la 'televisión circular', la que fusiona «de manera única» los contenidos a lo largo y ancho de la programación de Telecinco, daba un paso más con la conexión de dos de sus canales: «Supervivientes» tendría una gala en Cuatro.

Era un intento por mejorar los datos de audiencia de la cadena, hundida dos meses después de la llegada de «Cuatro al día», con el que pretendían suplir los informativos que se habían cargado en dos etapas, primero eliminando «Las Mañanas» de Javier Ruiz y después «Noticias Cuatro». No empezó bien y ahí sigue, cada vez más breve, sin pasar del cuatro por ciento de cuota de pantalla, tampoco con el relevo de Carme Chaparro por Joaquín Prat en noviembre, coincidiendo con el estreno del quiz show «El Bribón», presentado por el actor Pablo Chiapella, Amador Rivas en «La que se avecina». Pero ni con el gancho de una de las series más queridas de Telecinco, superó el dos por ciento de cuota de pantalla de media en sus dos meses de vida.

Sustituido por la nueva creación de La Fábrica de la Tele, «La habitación del pánico» es más de lo mismo, con su 'Estación neurológica' imitando al polígrafo del «Deluxe» y repartido entre Cuatro y Divinity, desde donde ha sido extirpado el formato reformulando «Cazamariposas», fulminado en aras de los intereses de la gran familia. Mediaset se propone aumentar la cantidad de público joven que seguía el desenfadado espacio al que ve complementario al de «Sálvame».

En su primera semana le ha ido mejor que al concurso, con un tres por ciento de share, un dato todavía insuficiente para recortar distancias con La Sexta, este mes mínimas gracias a los tórridos arrebatos caribeños. Por tanto, el reto es mantener viva la pasión, sea como sea, en otra isla.