El enfrentamiento que arrastran las universidades públicas valencianas y el Consell -paradójicamente acentuado durante el mandato del anterior conseller, Justo Nieto, ex rector de la Universidad Politécnica de Valencia- a cuenta de la financiación, subió ayer de tono en las Corts. El secretario autonómico Emilio Barberá -él mismo ex rector de la Universidad del País Vasco- compareció ante la comisión de Educación y ante las acusaciones de la oposición de que el Consell está asfixiando económicamente a esas instituciones académicas, espetó que «si se asfixian es en dinero», porque el Gobierno autonómico les nutre de más fondos que el Estado. Además, acusó a los rectores de haber presupuestado sus gastos sin contar con el respaldo del departamento que ahora dirige Alejandro Font de Mora. Y para concluir su ofensiva añadió que la Comunitat «no está al servicio de la universidad, es ésta la que debe brindar ese servicio a la sociedad».

En ese punto, Barberá confunde un concepto: no se trata de quién está al servicio de quién, sino de si la sociedad está dipuesta a dotarse de un sistema universitario que forma investigadores, que proporciona riqueza intelectual y material y que, en las últimas décadas, gracias precisamente a la inversión pública, se ha abierto a todas las capas sociales, en vez de ser un reducto reducido para los más privilegiados. Que las universidades tengan dificultades incluso para pagar salarios es sólo un ejemplo de que algo falla. Y el Consell es el responsable de que nada falle.