Cuando "la Pepa", en Cádiz había 60 periódicos. Dos siglos después, hay 60 televisiones públicas en España. De periódicos impresos, en Cádiz y en todas partes, es mejor no contar cabeceras ni ejemplares: de cada euro que se invierte en el universo digital se pierden siete en el decaído mundo analógico, dicen los expertos. Las consecuncias en relación al empleo, la cualificación de los profesionales de la información y las rentabilidades de las empresas, son catastróficas, hasta ahora, en el corto y en el medio plazo. Los mismos expertos afirman que todo lo que está suponiendo la revolución digital, es una oportunidad, pero una oportunidad en la que es muy difícil ganar más allá del 3% de lo que se invierte. La industria del libro impreso ha caído, en el último año, más de un 20%, y la migración, en este sector, hacia lo digital está siendo más rápida de lo que se esperaba.

En beneficio de los bosques y de sus árboles, consumimos menos papel, estamos perdiendo literalmente los papeles para siempre jamás. Los entusiastas de las nuevas tecnologías de hace cinco, diez o quince años, han sido sobrepasados por millones de acéfalos usuarios de las mismas, que mandan en su consumo menos de lo mucho que se creen y acuden como zombis a lo último de lo último, sin pararse a pensar un segundo qué, cómo y para qué. No pretendo refundar el clásico "alabanza de aldea y menosprecio de corte" y convertirlo en una nostálgica canción fin de saga: lo que tenía que pasar, está pasando, es imparable, supone un nuevo paradigma en las relaciones humanas, en la cultura, en la comunicación, en el ocio y en el aprendizaje. La única gran diferencia con otros procesos similares de la historia –de las pinturas de Altamira, pasando por la imprenta y llegando hasta la radio y la tv- es que cuando estamos intentando comprender lo nuevo, ya es viejo, ya hay otra cosa. Esto no había ocurrido nunca. Y no se queden perplejos porque su estupefacción no será un instante sino un irremediable bucle infinito.

(Sumario)

Los entusiastas de las nuevas tecnologías de hace cinco, diez o quince años, han sido sobrepasados por millones de acéfalos usuarios de las mismas.