Una ubicación cerca del Ecuador suele garantizar una elevada pluviometría, dándose pocas y desérticas excepciones. Pero en general el choque de los alisios en la Zona de Convergencia Intertropical, asegura al menos una estación de lluvias abundante. Extendida sobre más de 1´1 millón de kilómetros cuadrados, entre los 4o S y los 12o N, Colombia participa de esta localización. Pero su territorio presenta una gran diversidad pluviométrica, desde los 268 mm de Uribia, en la Guajira, con apenas 32 días de lluvia al año, a los 7.815 litros en el Quibdo, en la costa pacífica, con más de 300 días. Casi lluvia a diario. La tendencia es al aumento de lluvias hacia el ecuador y así algunos puntos de la costa pacífica superan los 10.000 litros. La alineación andina suele capturar lluvias, auténticas torres de agua, pero se oscila entre las lluvias relativamente escasas, con 2.000 mm de máximo, en la Cordillera Oriental y los valles del Alto Magdalena y Alto Cauca y los elevados totales, entre 3.000 y 5.000 de las cuencas del Medio Magdalena y Medio Cauca. Ejemplo de esta variedad y de sus consecuencias es uno de los tesoros de Colombia, el parque nacional Tayrona. Estas 15.000 has en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, la cordillera costera más alta del mundo, ven cambiar su humedad y vegetación en apenas 83 kilómetros de costa. Su parte oriental, más expuesta a los vientos húmedos se puebla de un bosque húmedo que a medida que ascendemos y aumenta la captura de vapor pasa a ser un bosque nublado más tupido. Hacia el oeste, el viento, privado de su humedad, apenas permite un bosque seco y en su costa más occidental, el matorral espinoso que se prolonga hasta Santa Marta y su turístico Trocadero. Hay para elegir en este abanico de paisajes.