A pesar del escándalo protagonizado por varios miembros de Nuevas Generaciones del PP, algunos vuelven a insistir posando en las redes sociales junto a banderas franquistas, o con el brazo en alto haciendo apología del fascismo. La última en salir a la luz ha sido una foto en la que Paula Carda, presidenta de las NNGG de Vila-Real, aparece junto a otras seis chicas sujetando una bandera de aquel régimen.

Este enaltecimiento de la dictadura parece ser algo natural entre los jóvenes militantes del PP. Es la perpetuación de la vieja Falange que se aprecia en la derecha actual, donde los jóvenes "populares" tienen bien aprehendida la lección ideológica. Y es que, como días atrás decía mi compañero José Muñoz, son los herederos del franquismo.

No me creo la versión de Rus y Torró, que califican de "chiquillerías" estos gestos. No me la creo, porque a pesar del escándalo y la indignación ciudadana, continúan tolerando la apología fascista en el seno de su organización. Y digo yo que ya está bien. Basta ya de permitir estas conductas ilegales, nunca mejor dicho en estos tiempos?

La única reprimenda les llega a raíz de la presión social, prueba de la aceptación de este tipo de comportamientos, sin por supuesto mencionar la palabra "expulsión". Basta ya de impunidad para estas conductas que atentan contra nuestra Democracia, exijamos ya la tipificación delictiva de todo ensalzamiento del fascismo.

Para más inri, escuchamos las barbaridades que salen de la boca del dirigente popular Rafael Hernando, igualando estos comportamientos con la exhibición de la bandera republicana, echando un capote a sus jóvenes compañeros y exigiendo al PSOE la expulsión de todos los miembros de Juventudes Socialistas que exhibimos la bandera republicana cuando, por estatutos, somos republicanos.

¿Ignorancia o ultra derecha? La bandera tricolor, señor Hernando, fue elegida en asamblea constituyente por el pueblo y representó a un Estado democrático. Por su parte, la bandera fascista simboliza un régimen totalitario del que todos, o casi todos los ciudadanos nos queremos desprender.

Miedo da pensar que todos aquellos que pertenecieron a Fuerza Nueva sigan vivos, transmitiendo su ideología en las filas del Partido Popular. A mi juicio, estas actitudes son algo más que simples "chiquillerías", simbolizan la ruptura con la Democracia, la vuelta atrás. Tengamos cuidado.