Se fue para siempre el 4 de octubre. Sí, se fue, y lo hizo de una manera inesperada, sencilla y discreta, en el hospital que había sido ingresado unos días antes, sin que prácticamente casi nadie de Quart se enterara, para hacerle alguna visita de ánimo. Mi hermano y yo, estuvimos visitándole, y entre sonrisas y comentarios, jamás podíamos pensar en tal desenlace dos días después.

Su trayectoria política empezó en Quart y acabó en Quart, sin más ambición, siempre dedicado a su pueblo, que lo vio nacer y del que estaba muy orgulloso, tanto de su historia como de sus gentes y tradiciones. Estuvo casi veinte años de alcalde o de «alcaldot», como le llamábamos algunos, por el paternalismo que irradiaba.

Su paso por el ayuntamiento fue de cinco mayorías democráticas absolutas y consecutivas, hasta su jubilación profesional de bancario, que también le valió para la política institucional.

En su periodo de alcalde estuvo muy pegado a la ciudadanía, a través de la multitud de asociaciones que tiene Quart, de todo tipo, culturales, sociales, festeras, deportivas, etc., y jamás faltaba a los actos que éstas organizaban.

Después de su retirada de la primera línea política, prosiguió colaborando allá donde se le requería, como en la Banda de Música La Amistad, o en Els Amics de la Passejà y la Penya Ciclista, por citar algunas, así como en su agrupación socialista local, donde acudía a asambleas, charlas, etc., dando siempre consejos a quién se los pedía, y teniendo como bandera la conciliación y el consenso. También colaboraba con el PSPV-PSOE, en la calle Blanqueries, a través de la secretaría Intergeneracional y el grupo de exelectos.

Ramón era un hombre de vasta cultura, muy leedor de libros y prensa diaria, con visitas a museos, asistencias a conferencias, exposiciones, etc., y paseos diarios por su pueblo, confundiéndose con el paisaje y el paisanaje, con esa gorra negra «a lo Lenin», como le decíamos algunos amigos. Vivió de forma austera y sencilla, sin coche, ni caseta, ni apartamento, en una vivienda de VPO, hasta su traslado a un antiguo piso que recibió por herencia familiar. Pero como él decía en privado «mi mayor inversión, ha sido la formación de mis tres hijos, con licenciaturas universitarias».

Haría falta mas espacio para describir el perfil humano y político de Ramón, pero basten estas líneas en Levante-EMV y el testimonio de su funeral multitudinario, con políticos de todos los colores, familiares, amigos y vecinos, como muestra del respeto, afecto y cariño con el que ha contado, y mi homenaje sincero, en nombre de todos los que le apreciamos, para acabar con esa frase que él acuño, al acabar sus discursos y mítines políticos: «Entre tots ho farem tot». Adéu, Ramón, i que el teu exemple de bona persona i polítc humil i honrat, servisquen de referència€