En los últimos días, ante la imposibilidad de encontrar explicaciones lógicas para muchas cosas, me siento tentado a caer en explicaciones un poco irracionales, que a lo mejor no lo son tanto. Empezando por la eliminación de España en el Mundial de Brasil, yo ya lo había pensado, pero un compañero me incitó a explicarla en parte, aunque no lo crean, con una explicación científica. ¿Cómo es posible planificar unos entrenamientos en Curitiba a 16ºC para luego jugar los dos partidos más importantes, los que se perdieron, a 30ºC y con un alto índice de humedad. El equipo acabó frito físicamente contra Holanda y contra Chile. No lo explica todo, pero me siento tentado a pensar que algo tuvo que ver. En los últimos días las tormentas rondan la comarca de la Montaña de Alicante pero, a diferencia de lo que sucede en otros lugares de España, dejan precipitaciones escasas. Lo del martes fue tremendo porque literalmente las líneas de precipitación, que avanzaban desde la Meseta, parecían disiparse cuando tocaban suelo alicantino. Seguro que la explicación más racional es la de la falta de algunas de las condiciones que dan precipitación en esta zona, sobre todo la falta de vientos del nordeste, pero a uno le entran dudas. Algunos amigos aficionados, de los racionales no de los paranoicos, empiezan a sospechar de algunas avionetas que parecen deshacer estas tormentas con diversa técnicas, que todos sabemos que existen, pero que no están permitidas y que no se pueden demostrar: siembra de yoduro de plata, cargas eléctricas, dispersión de núcleos, etc. Siempre he dicho que todo esto no puede frenar una gran borrasca pero en estas pequeñas tormentas no está tan clara su influencia. Además, hay zonas próximas a ésta, más potentes en agricultura comercial, que no han podido o no han sabido frenar las granizadas, ¿cómo y por qué aquí sí que se ha podido? En fin tentaciones al fin y al cabo, cuando uno no ve claras las cosas. Un día caerá una tormenta fuerte que echará por tierra todas las teorías paranoicas, estas cosas pasan.