Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

País sin comerciales

El hablar de pacto se suele unir la palabra a la idea de generosidad, pero un pacto de verdad nunca es generoso. El pacto, en un marco de paz, es una transacción, en el sentido mercantil, por el que se renuncia a algo a cambio de otra cosa. El pacto es equitativo cuando hay cierta igualdad entre lo que se entrega y lo que se obtiene, y en política lo es cuando se cede una parte de lo que se quiere a cambio de aumentar las posibilidades de lograr otra parte. España nunca ha sido nación de mercaderes, y prueba de ello es la mala prensa de la misma palabra mercader. Esa es la razón última de que sean tan difíciles los pactos en un país cuyo genio histórico es la guerra, mucho más que el comercio. El telón de fondo de la Transición fue la memoria de una guerra, para evitar recidivas, y por eso resulta irrepetible. Al final faltan comerciales y sobran militantes (del latín miles, soldado).

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.