Los bosques no solo son biodiversidad, sino que constituyen recursos fundamentales para hacer frente al cambio climático, prevenir incendios e inundaciones o gestionar las aguas. Además, pueden ser un factor de desarrollo del ámbito rural por su valor económico. El decano del Colegio y Asociación de Ingenieros de Montes a nivel estatal, Eduardo Rojas, destacaba estas ideas en València esta semana „durante la conferencia organizada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País„, mientras reclamaba una mayor atención política para el sector forestal.

Un total de 17 son los Objectivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por las Naciones Unidas; el número 15 aboga por la necesidad de promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres o, entre otras acciones, luchar contra la desertificación. En los bosques, según este documento, habita más del 80 % de las especies terrestres de animales, plantas e insectos, mientras que son «el medio de vida de alrededor de 1.600 millones de personas, incluidas más de 2.000 culturas indígenas». Estas cifras revelan la importancia de las masas boscosas porque, como indicaba el profesor, «no debemos olvidar que hervir el agua con fuego de leña es el único medio para hacer potable el agua en alguna zonas del planeta en vías de desarrollo». Eduardo Rojas, quien ha sido jefe del departamento forestal de la FAO durante cinco años, considera que el ODS 15 debería ser más ambicioso con los bosques porque en el contexto actual de calentamiento global, la madera se muestra «no únicamente como clave para la bioeconomía, sino como una auténtica alternativa a los combustibles fósiles».